Trampa para turistas
¡Cumpleaños feliz! ¡Cumpleaños feliz!
Ellen se tapó los oídos. Odiaba la canción de cumpleaños, pero, por encima de todo, odiaba a la niña del cumpleaños.
Odiaba su vestido azul lavanda. Odiaba sus zapatitos de cuero color lila. Odiaba sus lacitos morados en el pelo.
–Hermano, estoy a punto de vomitar –gimió Ellen, desplomándose contra la pared.
–¿No querrás perderte los fuegos artificiales, ¿no? –le preguntó Edgar.
Espió por entre los pliegues de las cortinas detrás de las cuales se habían ocultado durante la fiesta de cumpleaños.