29 historias disparatadas
Una mujer quería escribir un libro muy gordo. Compró un montón de papel, cincuenta lápices nuevos y un sacapuntas afilado.
Su marido y sus hijos, a partir de ese momento, deberían hablar susurrando y caminar de puntillas, pues la mujer quería empezar enseguida a escribir el libro.
Colocó el papel y afiló un lápiz. Luego pensó en la primera frase. Afiló otro lápiz y pensó en la primera frase. Afiló el tercer lápiz y siguió pensando en la primera frase.