Blancanieves
Érase una vez un castillo que se alzaba en un lugar inhóspito. En él vivían felices y enamorados un rey y una reina.
Un día la reina se sentó junto a una ventana a coser perlas en ropajes de oro. Era un invierno muy frío y había nevado.
Abrió la ventana para poder escuchar a lo lejos el cuerno de caza de su marido el rey. Pero al asomarse se clavó la aguja en un dedo y una gota de sangre cayó sobre la nieve. Al verla, un deseo prendió en su corazón:
«¡Oh, cómo me gustaría tener una niña blanca como la nieve, roja como la sangre y negra como el ébano!»