Colección de cuentos procedentes de la tradición saharaui que se vertebran como historias dentro de una historia, en una edición que destaca por las cálidas y envolventes ilustraciones de Carole Hénaff. La variedad temática, el empleo de recursos narrativos procedentes de la oralidad, la concisión o la referencia a motivos culturales que le resultan especialmente atractivos a los niños hacen de esta obra una lectura igualmente valiosa para leer en silencio o en voz alta y en compañía.
Colección de cuentos procedentes de la tradición saharaui que se vertebran como historias dentro de una historia, en una edición que destaca por las cálidas y envolventes ilustraciones de Carole Hénaff. La variedad temática, el empleo de recursos narrativos procedentes de la oralidad, la concisión o la referencia a motivos culturales que le resultan especialmente atractivos a los niños hacen de esta obra una lectura igualmente valiosa para leer en silencio o en voz alta y en compañía.
Smara
Dicen que mi padre fue un buen reportero. Yo solo sé que esperaba a que volviese de sus viajes para que me contase las historias de los lugares que había conocido. Pero a mi padre no le gustaban los cuentos; prefería hablarme de los paisajes, de las gentes, de lo grande que era el mundo. Al cumplir los once años le pedí que me llevase con él en algún viaje. Mi padre sonrió, me acarició la cabeza y se quedó mirando hacia el horizonte, como considerando a qué lugar me llevaría. Lo acompañé al gran desierto, al Sáhara.