Pino se viste solo
La mamá de Pino asomó el pico por la ventana. Era una mañana muy fría. Y también un poco mojada. Entró en el cuarto de Pino y se acercó a su cama. Lo buscó debajo del edredón. Pero Pino no estaba. Buscó entre las sábanas. Tampoco lo encontró.
Pino ya estaba despierto. Se había lavado la mitad de la cara. Había dejado la esponja flotando en el lavabo. Su foca de peluche tenía dentífrico en los bigotes. Y Pino se miraba al espejo con cara de salir a jugar.