Amelia, la trapecista
La monita Amelia nació bajo la lona de un circo. De un circo pobretón, de esos que van de pueblo en pueblo y nunca se acercan a las ciudades.
Nació sin prisas, una noche de luna llena.
“¡Qué guapa!”, pensó la mamá al verla.
“Le pondremos Amelia, como mi abuela”, pensó el padre, satisfecho.
“Caray, ¡otra boca más!”, pensó el hipopótamo Genovevo, dueño del circo.