Pigi. Hay que saber reconocer los errores

Cuando yo tenía ocho años, pensaba que ya era lo suficientemente mayor como para tener responsabilidades en el trabajo de la granja. Mis padres estuvieron de acuerdo y me encargaron que me ocupase de las ovejas. Me sentí un poco decepcionado, pero mi padre me explicó que esta tarea era muy importante. Estaba tan orgulloso de que me tratasen como a una persona mayor que me creí indispensable.