Es este el séptimo libro de las «catastróficas desdichas» de los hermanos Baudelaire, contadas por un misterioso narrador que se va mostrando implicado en la historia y que establece además una relación de complicidad con el lector. Y eso que, astutamente, pretende disuadirle de esta lectura que solo le traerá sufrimiento. Nada más tentador para el lector curioso que, si se adentra en el libro, hallará la recompensa: una jugosa escritura, ingenio, sentido del humor (además de las penas) y argumentos que transitan mundos muy personales.
Es este el séptimo libro de las «catastróficas desdichas» de los hermanos Baudelaire, contadas por un misterioso narrador que se va mostrando implicado en la historia y que establece además una relación de complicidad con el lector. Y eso que, astutamente, pretende disuadirle de esta lectura que solo le traerá sufrimiento. Nada más tentador para el lector curioso que, si se adentra en el libro, hallará la recompensa: una jugosa escritura, ingenio, sentido del humor (además de las penas) y argumentos que transitan mundos... Seguir leyendo
La villa vil
Seas quien seas, vivas donde vivas y te persiga quien te persiga, tanta importancia tendrá a menudo lo que leas como lo que no leas. Por ejemplo, si un día paseando por la montaña no lees el letrero que advierte «CUIDADO CON EL PRECIPICIO» porque caminas con la vista clavada en un libro de chistes, quizá de pronto te encuentres andando por los aires en lugar de sobre suelo firme. O imagínate que preparas un pastel para los amiguetes y, en lugar de consultar un recetario de cocina, te pones a leer un artículo sobre «Cómo reparar una silla»: quizás el pastel termine sabiendo a madera y clavos en lugar de a hojaldre y relleno de confitura.