Un álbum cargado de humor y guiños irónicos sobre la tópica y no siempre real lucha entre perros y gatos. Fulanito de Tal se ha instalado en casa del protagonista. No es que este tenga nada en contra del recién llegado, pero es que le ha quitado el sitio en la mesa y ha ocupado su sillón verde del salón. Además sabe hacerlo todo, va a por la pelota, da la pata y puede ser cazador, detective o pastor. Por todo esto, este dichoso perro tiene un don: sacar de quicio al gato, su competidor, que solo quiere tumbarse en su sillón verde del salón.Un álbum cargado de humor y guiños irónicos sobre la tópica y no siempre real lucha entre perros y gatos. Fulanito de Tal se ha instalado en casa del protagonista. No es que este tenga nada en contra del recién llegado, pero es que le ha quitado el sitio en la mesa y ha ocupado su sillón verde del salón. Además sabe hacerlo todo, va a por la pelota, da la pata y puede ser cazador, detective o pastor. Por todo esto, este dichoso perro tiene un don: sacar de quicio al gato, su competidor, que solo quiere tumbarse en su sillón verde del salón.
Fulanito de Tal
En casa, lo que más me gusta es que todo el mundo come en la misma mesa. Hasta los animales. Ese bobo de allí, el que tiene cara de perro y que acaban de pillar con los codos encima de la mesa, lo han cogido de la calle. El muy imbécil estaba perdido. Si se ha perdido, no debe ser muy astuto. De hecho, parece tan tonto que no me extrañaría que lo hubieran abandonado.