Silvestre B. Lobo ha sufrido durante años el desprestigio y ha sido injustamente etiquetado como «Lobo Feroz». Por eso quiere contar su versión de la historia. Y es que fue la prensa la que se inventó todo eso de «soplaré y resoplaré y tu casa derribaré» y la que le convirtió en el lobo malvado del cuento. Porque en realidad él solo quería una taza de azúcar para hacer un pastel a su abuelita. Fue a pedírsela prestada a sus vecinos, los tres cerditos, pero tenía un terrible resfriado y al estornudar las casas de los dos primeros se vinieron abajo. Pero en la casa del tercero, un cerdito bastante maleducado, las cosas ocurrieron de forma diferente...Una revisión humorística y en clave de parodia de este cuento clásico de la literatura infantil. La extravagante historia que narra el lobo para justificar su conducta resulta inverosímil, pero aún así apela a sus interlocutores con una retórica seductora y con un registro que busca la complicidad del lector. En la propuesta visual, acorde al contenido del texto, predominan los juegos paródicos y se establece un diálogo constante entre el lector y el protagonista.
Silvestre B. Lobo ha sufrido durante años el desprestigio y ha sido injustamente etiquetado como «Lobo Feroz». Por eso quiere contar su versión de la historia. Y es que fue la prensa la que se inventó todo eso de «soplaré y resoplaré y tu casa derribaré» y la que le convirtió en el lobo malvado del cuento. Porque en realidad él solo quería una taza de azúcar para hacer un pastel a su abuelita. Fue a pedírsela prestada a sus vecinos, los tres cerditos, pero tenía un terrible... Seguir leyendo
¡La auténtica historia de los tres cerditos!
Es conocido por todos el cuento de Los tres cerditos. O al menos todos creen que lo conocen. Pero les voy a contar un secreto. Nadie conoce la auténtica historia, porque nadie ha escuchado mi versión del cuento.
Yo soy el lobo. Silvestre B. Lobo.
Pueden llamarme Sil.
No sé como empezó todo este asunto del lobo feroz, pero todo es un invento.