De la mano de Chao y su familia, nos adentramos en la China Imperial. Después de ver la casa pintada del emperador, Chao quiere una casa de colores; y más, teniendo en cuenta que el resto vive en casas negras. Para ello, Chao tendrá que conquistar los colores. Esta historia de corte realista nos hace reflexionar sobre la vida y la sociedad desde la perspectiva de una cultura diversa, pero no extraña. Una forma de narrar clásica, dulce y llena de detalles que nos lleva hasta Asia, sus paisajes y sus tradiciones. Un viaje en el que la ilustración delicada y detallista de Solé, está muy presente.
De la mano de Chao y su familia, nos adentramos en la China Imperial. Después de ver la casa pintada del emperador, Chao quiere una casa de colores; y más, teniendo en cuenta que el resto vive en casas negras. Para ello, Chao tendrá que conquistar los colores. Esta historia de corte realista nos hace reflexionar sobre la vida y la sociedad desde la perspectiva de una cultura diversa, pero no extraña. Una forma de narrar clásica, dulce y llena de detalles que nos lleva hasta Asia, sus paisajes y sus tradiciones. Un viaje en el que la ilustración... Seguir leyendo
La casa pintada
La primera vez que vio Chao la Casa Pintada estaba viajando dentro de un cesto que se balanceaba colgado al extremo de una larga caña de bambú.
Al otro lado, al final de la caña, colgaba otro cesto lleno de verduras y todo el peso del balancín cargaba sobre la nuca y los hombros del Abuelo.
Ya al empezar el largo camino, primero por senderos polvorientos y después por el Camino Imperial que llevaba a la ciudad, Chao se había quedado dormido acurrucado en el fondo del cesto, mecido por el balanceo.