El castillo de las ranas
No recuerdo muy bien cómo empezó todo, pero estoy seguro de que estaba dando un paseo por la nieve helada bajo la luz de la luna. Eso en sí resulta ya bastante raro, porque no es normal que los niños anden solos por el bosque cuando es de noche y la luna cuelga como un enorme globo sobre los abetos. Pero hubo más cosas raras aquella noche.