Descalzo por la ciudad
David da un grito y se despierta sobresaltado en mital de un mal sueño: un momento antes estaba mirando por la claraboya de la torre de la iglesia de Steinbach, que conoce muy bien. Ha subido más de cien veces, solo o con otros niños, los peldaños de madera de la estrecha escalera de caracol. Porque sabe, y los otros niños también, dónde está la llave. Conoce el oscuro rincón donde se refugian a menudo las lechuzas, bajo el puntiagudo maderamen del tejado. Conoce los cabrios de los que se cuelgan los murciélagos. A las lechuzas y a los murciélagos nunca les ha tenido miedo. ¿Por qué se lo iba a tener? Y por la claraboya ha mirado ya muchas veces sin sentir vértigo.