Huida al sur
La tarde en la que comenzó esta historia, Tomás se encontraba en el subterráneo del hotel, caminando por un pasillo apenas iluminado por débiles bombillas de seguridad. Los gruesos tubos de la calefacción se perdían en los recodos y en la oscuridad sepulcral de los rincones. Por la pared se deslizaban gotas de agua, provenientes de filtraciones desconocidas. A aquel lugar no bajaba nadie.