Partiendo de las paradojas del filósofo griego Zenón y en un tono autobiográfico, Paul Hornschemeier reflexiona sobre el estancamiento creativo. La trama principal gira en torno a la visita del protagonista a su tierra natal, pero a ella se une el argumento del cómic que está creando y una anécdota de su infancia, entre otras historias. Una obra en la que destaca la propuesta gráfica en la que el autor ha mezclado estilos para contar cinco historias diferentes que se entremezclan y que comparten dos únicos nexos, el protagonista y un final inconcluso.Partiendo de las paradojas del filósofo griego Zenón y en un tono autobiográfico, Paul Hornschemeier reflexiona sobre el estancamiento creativo. La trama principal gira en torno a la visita del protagonista a su tierra natal, pero a ella se une el argumento del cómic que está creando y una anécdota de su infancia, entre otras historias. Una obra en la que destaca la propuesta gráfica en la que el autor ha mezclado estilos para contar cinco historias diferentes que se entremezclan y que comparten dos únicos nexos, el protagonista y un final inconcluso.
Las tres paradojas
–Bueno, no está tan mal... no debería preocuparme demasiado. –¿Qué es eso? ¡Oh, Dios! ¡Moriré solo y no realizado! –¿En qué estaría yo pensando? ¡Salir a la intemperie de esta forma! –¿Qué tiene de malo mi viejo apartamento? –Roar! -Aaaagh! -Snif. ¡Debería haber ido por el otro camino! –¡Oh, vamos, tonto del culo! No lo pillas, ¿no te parece? –¡El tipo listo del cielo! –¿Quién, si no?