Gus, tercero de cinco hermanos, es un niño solitario rodeado de miedos. Su cara inexpresiva y su aspecto impasible son motivo de risa y desprecio entre sus hermanos, y dificultan su relación con los compañeros de clase. Durante la visita de la tía-abuela Hattie, un suceso devolverá a Gus la confianza en sí mismo y le dará un nuevo lugar en las relaciones familiares.
Un relato realista impregnado de atmósfera mágica, emotivo y entrañable y de ritmo sosegado. El texto está perfectamente construido, con un lenguaje cuidado, preciso y armónico. Gus, tercero de cinco hermanos, es un niño solitario rodeado de miedos. Su cara inexpresiva y su aspecto impasible son motivo de risa y desprecio entre sus hermanos, y dificultan su relación con los compañeros de clase. Durante la visita de la tía-abuela Hattie, un suceso devolverá a Gus la confianza en sí mismo y le dará un nuevo lugar en las relaciones familiares.
Un relato realista impregnado de atmósfera mágica, emotivo y entrañable y de ritmo sosegado. El texto está perfectamente construido, con un lenguaje cuidado, preciso y armónico.

Gus cara de piedra

Gus era el tercer hijo de la familia Oliver. Para sorpresa suya, dos más habían llegado después de él.
-El puzzle ya está completo -le gustaba decir al señor Oliver, mientras contemplaba a sus cinco hijos y a la señora Oliver durante la cena.
Si él era una pieza de rompecabezas, pensaba Gus, sus bordes debían de estar terriblemente abollados, quizá de tanto aplastarse entre Rachel que tenía catorce años y Zachary que tenía doce y Serena que tenía ocho y Simon que tenía cuatro.