La pequeña Ottoline decide ir al colegio y descubrir cuál es su talento especial. Esa es la excusa del autor para desarrollar una entretenida trama de misterio dentro de ese mundo especial en el que viven los personajes de sus historias. Las abundantes y detalladas ilustraciones, y un gran derroche de fantasía, conforman ese universo tan particular, lúdico y sugerente que confiere personalidad propia a sus obras. La distracción está asegurada y se incluyen unas pegatinas muy divertidas.
La pequeña Ottoline decide ir al colegio y descubrir cuál es su talento especial. Esa es la excusa del autor para desarrollar una entretenida trama de misterio dentro de ese mundo especial en el que viven los personajes de sus historias. Las abundantes y detalladas ilustraciones, y un gran derroche de fantasía, conforman ese universo tan particular, lúdico y sugerente que confiere personalidad propia a sus obras. La distracción está asegurada y se incluyen unas pegatinas muy divertidas.
Ottoline va al colegio
Ottoline vivía en el apartamento 243 de la Torre P. W. HUFFLEDINCK, que todo el mundo en Gran Ciudad conocía el Molinillo de Pimienta.
Sus padres eran coleccionistas y viajaban por todo el mundo. Casi nunca estaban en casa, pero cuidaban de que a Ottoline no le faltara de nada. Nunca estaba sola y, además, tenía al Sr. Munroe, su mejor amigo, de compañero.
Aunque los padres de Ottoline pasaban mucho tiempo fuera, siempre le enviaban postales.