Kiwi
Kiwi nació en primavera, en un nido mullido encaramado en la copa de un gran árbol.
Atiborrado por sus padres de gusanos largos y deliciosos durante todo el día, Kiwi engordaba a ojos vistas. Como el nido era pequeño, pronto se le quedó estrecho.
Y una mañana, cuando ya apenas conseguía moverse, se vio obligado a partir. Pero en el momento en que saltó del nido para surcar los aires, en vez de elevarse, Kiwi se estrelló contra el suelo como una piedra.