Historia de Pimmi
-¡Luna, luna, luna… -llamó Pimmi.
Sabía que la luna era buena. Que alumbraba la noche, que era tan vagabunda que conocía todos los caminos y que era una gran amiga de los gitanos. También sabía que conocía todos los secretos…
Por todo eso Pimmi tuvo necesidad de llamarla, en plena tarde, porque se dio cuenta que estaban andando por un equivocado sendero del bosque.
¿Cómo no lo había advertido Nauka?