Un cuento acumulativo que trata de los miedos infantiles, concretamente del miedo que sienten muchos niños, sobre todo durante la noche, a los monstruos. Monstruos que existen en su imaginación, pero que pueden proyectarse en sombras y que parecen reales. En este caso, el niño protagonista consigue domar a los monstruos con un arma infalible: la risa y las carcajadas. Recomendable para contar a los primeros lectores, que pueden participar en la historia recordando los elementos que se van añadiendo al monstruo.
Un cuento acumulativo que trata de los miedos infantiles, concretamente del miedo que sienten muchos niños, sobre todo durante la noche, a los monstruos. Monstruos que existen en su imaginación, pero que pueden proyectarse en sombras y que parecen reales. En este caso, el niño protagonista consigue domar a los monstruos con un arma infalible: la risa y las carcajadas. Recomendable para contar a los primeros lectores, que pueden participar en la historia recordando los elementos que se van añadiendo al monstruo.
El domador de monstruos
Había una vez un niño que se llamaba Sergio. Era un niño como tú y como yo, que unas veces tenía miedo y otras veces era muy valiente. Una noche, antes de dormirse, se quedó mirando las figuras que las sombras de los árboles formaban en la pared de su cuarto. Las sombras se agitaban, cambiaban de lugar, creaban figuras horrorosas, horribles, horrendas. Sergio tuvo miedo.