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Pablo Cruz, alma máter de Babar, publicación amiga especializada en la difusión de la LIJ y una de las revistas digitales más respetadas por los lectores, comparte con nosotros cinco joyas literarias indispensables y algunos recuerdos personales asociados a ellas.
Nacido en Jaén en 1976, reside desde hace bastantes años en Madrid. Se licenció en Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, compaginando los estudios con algunos trabajos esporádicos, como colaboraciones en editoriales de libros infantiles realizando guías de lectura, informes de manuscritos y catálogos.
Al terminar los estudios trabajó como librero, y más tarde como técnico informático. En 2001 pasó a formar parte de Anaya Infantil y Juvenil como editor junior, y en 2009 ocupó el cargo de director editorial del sello. Además de su relación laboral con la literatura infantil, es miembro de la revista Babar desde sus comienzos (1989), y en 2001 se hice cargo de su dirección, cuando dejó de imprimirse y pasó a ser una revista online.
En 2006 el Consejo General del Libro Infantil y Juvenil, a través de la OEPLI, concedió el Premio Platero a la revista Babar, junto a la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil, la Asociación Profesional de Ilustradores de Madrid, el Club Kiriko y la revista Imaginaria. Y en 2017 el Ministerio de Cultura y Deporte reconoció su trayectoria con el Premio Nacional de Fomento de la Lectura.
Foto: Opticks Magazine
Indispensable en la maleta de Pablo Cruz
(Bruño - Salvat)
Los cómics de Astérix me acompañan desde mi infancia, en una época en la que no existía el auge del tebeo que estamos viendo en los últimos años, sobre todo el infantil. El primero que recuerdo tener fue "Astérix en Córcega", que aún conservo aunque está bastante usado de tanto releerlo. Luego me regalaron una colección completa de tomos recopilatorios, creo que de Grijalbo, cada uno de los cuales contenía tres o cuatro historias, y más tarde fui consiguiendo los títulos sueltos que fueron saliendo a partir de ese momento, incluyendo los que firmó Uderzo en solitario tras la muerte de Goscinny, y los que se han publicado en los últimos años a cargo de Ferri y Conrad. Reconozco que me gusta cualquier cosa relacionada con este cómic y con sus autores, hasta el merchandising. Los releo a menudo, sueltos, sin un orden específico, solo para volver a disfrutar de los diálogos y las divertidas situaciones de los irreductibles galos. Parece mentira que sus personajes hayan sobrevivido con tan buena salud 60 años en todo el mundo.
(Loqueleo)
En esta colección se mezclan dos grandes creadores que me encantan por su humor, Goscinny y Sempé. Aunque claro, cuando era pequeño yo no sabía ni quiénes eran. Me divertían mucho las aventuras del pequeño Nicolás y sus compañeros (recuerdo sobre todo a Alcestes y a Agnan), y me sigue provocando carcajadas el humor negro que hay en ciertas escenas. Hoy en día sus reflexiones y diálogos levantarían muchas ampollas si no fuera porque ya tiene la inmunidad de los clásicos, como ocurre con otros irreverentes como Roald Dahl. Aunque ojo, que en estos tiempos hasta se cuestiona la corrección de cuentos clásicos como "Caperucita Roja"… De los diferentes libros del pequeño Nicolás conservo varias ediciones en casa, las primeras cuadradas de Alfaguara, luego las que se hicieron en la serie naranja, y algunas de las actuales que siguen vivas, por suerte, en el catálogo de Loqueleo.
(Alianza Editorial)
Otro título que me acompaña desde que era niño hasta la actualidad, y de los pocos que atesoro en varias ediciones diferentes (junto con "La isla del Tesoro" o los de "Sherlock Holmes"). Recuerdo leerlo en ediciones poco “infantiles", creo que era de Plaza y Janés la que tenía en casa, e incluía tanto la primera parte como "Alicia a través del espejo". En las primeras lecturas seguramente no me enteraría ni de la mitad, pero es un libro que me parece infinito, de esos que da igual las veces que lo leas, siempre entenderás algo nuevo, y tiene tantas referencias que nunca terminarás de sacarle todo el jugo. Es uno de los libros más influyentes en la cultura popular y en la literatura infantil, y sus personajes forman parte de nuestros referentes culturales, a veces sin darnos cuenta.
(Anaya)
El libro más actual de los que he seleccionado, y el único de autores españoles: Diego Arboleda y Raúl Sagospe. De lo mejorcito que se ha publicado en los últimos años. Es una obra redonda, que combina a la perfección la calidad y el entretenimiento, y así lo atestiguan los premios que ha recibido y la cantidad de ediciones que se han hecho ya. Inspirado en el universo de "Alicia en el País de las Maravillas", y utilizando algunos hechos históricos (el homenaje que se hizo a una anciana Alice Liddell en Nueva York), es un libro de una prosa deslumbrante, con pasajes magistrales, y un diálogo perfecto entre el texto y la imagen. Como libro infantil, es de esos que puede disfrutar igualmente un adulto y un niño. Está lleno de humor, de análisis muy certeros sobre el comportamiento humano y de un vitalismo muy reconfortante.
(Alfaguara Clásicos)
Aunque no sea en sus orígenes un libro pensado para niños o jóvenes, al igual que muchos otros clásicos del XIX y principios del XX, hoy en día ya es considerado un clásico juvenil. También empecé a leerlo cuando era pequeño, en unas ediciones de quiosco que recopilaban varias historias, y luego en los tomos sueltos de la colección Tus Libros que tenían las ilustraciones originales. Aunque reconozco que antes de Holmes empecé con Agatha Christie, me cambié pronto de bando. Enseguida me fascinó el personaje, su caracterización, sus métodos deductivos y el mundo victoriano que reflejaba Conan Doyle, en el que parecía que la razón y la ciencia podían poner orden en el caos del mundo. Tanto las obras originales de este autor como las múltiples adaptaciones a cine y televisión me cautivan, da igual lo buenas o malas que sean. Ojo, sin olvidar la serie de animación que dirigió Miyazaki en los 80, y que es una joya.
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