Mónica Gutiérrez Serna nació en Santander en 1967, aunque reside en Madrid. Se doctoró en Bellas Artes por la Universidad Complutense y hasta el año 2000 trabajó como artista plástica. Desde hace más de veinte años se dedica a la creación e ilustración de obras literarias.
A lo largo de su trayectoria ha publicado más de cuarenta historias, compaginando propuestas en las que ejerce de autora e ilustradora con otras en las que se hace cargo del apartado gráfico, todas ellas en importantes editoriales españolas y con distribución no solo en Europa, también en Asia y América Latina.
En su producción destacan títulos como Vecinos de cielo (Sieteleguas, 2007); Los enanos amarillos (de Jostein Gaarder, Siruela, 2007); Las cosas que guardo (Tàndem, 2008); "Dentro de mí" y "De otra manera" (ambos con Ana Tortosa, Thule, 2009); "Recetas de lluvia y azúcar" (con Eva Manzano, Thule, 2010); "82 ojos y un deseo" (con Eva Manzano, Thule, 2011); "Gritos en la arena" (con Arturo Abad, Narval, 2011); "Palabras" (con Jesús Marchamalo, Kalandraka, 2011); "El mar y otras cosas de las que también me acuerdo" (Pulo do Gato, Thule, 2011); "Óyeme con los ojos. Sor Juana para niños" (de Lourdes Aguilar Salas, Nostra Ediciones, 2012); "En tus ojos" (SD Ediciones, 2012); "La torre de la paz" (con Maksim Bogdanovich, Thule, 2015); "Rimas" (de Gustavo Adolfo Bécquer, Reino de Cordelia, 2015); "Los árboles se han ido" (de Federico García Lorca, Nórdica, 2016); "Lo que imagina la curiosidad" (de Eva Manzano, Libre Albedrío, 2017); "Amantes" (de Oliveiro Girondo, Libros del Zorro Rojo, 2018); "Guardianes" (de Mª José Ferrada, Amanuta, 2018); "Si fuera" (Libre Albedrío, 2019), "Lágrimas" (con Eva Manzano, Pastel de Luna, 2019); "La princesa manca" (de G. M. Garzo, Kalandraka, 2019); "Cultivadores de estrellas y otras profesiones de futuro" (con Eva Manzano, Thule, 2021) y el extraordinario álbum "Algún día" (Libre Albedrío, 2021)
Sus trabajos se han expuesto en ciudades como Valencia, Madrid o Nueva York y ha sido reconocida con importantes galardones como el Premio Junceda Internacional (Barcelona, 2016), un Accesit en el Concurso Internacional de Álbum Infantil Ilustrado Biblioteca Insular Cabildo de Gran Canaria (al poco de dedicarse en exclusiva a la literatura), 4º CJ Picture Book Awards (Corea, 2011); el Selo Altamente Recomendável fnlij (Brasil, 2013); o el 2º Premio Nacional Libros Mejor Editados Infantil-Juvenil, Ministerio de Cultura (2014). Además varios de sus títulos han sido incluídos en la Guía de libros para niños y jóvenes del International Board on Books for Young People/IBBY, México, y en las selecciones que realiza el Banco del Libro de Venezuela. Igualmente forman parte de las últimas guías con las mejores obras de LIJ del año editadas por Canal Lector.
Karl Philipp Moritz, con ilustraciones de Wolf Erlbruch
Traducción: Carles Andreu Saburit, Albert Vitó Godina
Albolote (Granada): Barbara Fiore, 2005
Inicialmente, me acerqué a “El nuevo libro del abecedario” por la atracción que siento por las propuestas plásticas de Wolf Erlbruch y me encontré con un texto de gran valor en sí mismo, lleno de sensibilidad y poesía que invita al lector a pensar. Los sentidos, el cuerpo humano, la muerte, el tiempo, las personas y los animales, la frugalidad, la naturaleza y el movimiento son algunos de los contenidos afrontados en este libro de manera tan profunda como sencilla. Fue escrito en 1790 por Karl Philipp Moritz y me parece admirable la actualidad de sus temas que se potencia a través de unas ilustraciones innovadoras y libres y una cuidada maquetación que combina perfectamente texto e imagen.
Tove Janssonn se hizo famosa por escribir e ilustrar una serie de libros de aventuras protagonizada por los Mumin, una familia entrañable de trolls bastante parecidos a los hipopótamos. Hace unos años Siruela publicó toda la colección y descubrí que el libro que más disfruté en mi infancia, “La familia Mumin” de la Editorial Noguer, que aún conservo, es, en realidad, “El sombrero del Mago”. De pequeña leí muchas veces “El sombrero del mago” y un recuerdo nítido de su magia me ha acompañado siempre. Aquellos pequeños seres divertidos, amables, tiernos, traviesos pero con la capacidad de transmitirnos la grandeza de lo minúsculo me siguen pareciendo asombrosos. Dice Tove Jansson: “De repente, vieron volar la primera mariposa. Como todo el mundo sabe si la primera mariposa que ves volar es amarilla el verano será feliz. Si es blanca el verano será simplemente tranquilo. De las mariposas negras o marrones mejor no hablar, es demasiado triste”. Y, cada primavera, mis hijas y yo nos alegramos cuando la primera mariposa que vemos es amarilla y simulamos no haberla visto si es blanca. (De las mariposas negras o marrones mejor no hablar).
Me gusta prácticamente todo el trabajo de Kveta Packovska, especialmente su pintura pero también su capacidad de trasladarla a los libros sin traicionarse como artista. Siendo pintora, se inició en la ilustración en el intento de compartir algo creativo con sus hijos, algo que también comparto. Me siento muy cerca de su actitud ante la manera de vivir el proceso creativo, siendo su obra uno de los ejemplos más notables de que no existen fronteras entre las distintas disciplinas artísticas y que los niños son perfectamente capaces de entender cualquier elección plástica de calidad de una forma sencilla y natural. Podría haber elegido cualquiera de sus libros, finalmente, me he decidido por el primero que compré: “El pequeño rey de las flores”. La historia es tan sencilla como bella, el pequeño rey se siente solo y decide ir en busca del amor. Es su forma de contar lo que hace que este libro sea especial invitándonos a formar parte de ese espectáculo plástico y a disfrutar de los conceptos de color, composición, coherencia, sencillez, armonía, orden y desorden, potencia, gesto, geometría, infancia y juego, todos ellos, constantes en el universo de Kveta Packovska.
A cloud
Katsumi Komagata
Londres-Madrid: One Shot / Ivorypress, 2007
Cada Libro de Katsumi Komagata es una joya. Al igual que Kveta Packovska, fue la necesidad de comunicarse con su hija recién nacida la que le llevó a crear un lenguaje visual único. Todos sus libros me merecerían el calificativo de “indispensable” por su concepción global en la que la poesía se une con su dominio del color, de la composición y de la textura. Pero posiblemente mi favorito es “A cloud”, un viaje estético que nos describe el paso del tiempo con textos mínimos, esenciales, de una profundidad y belleza sobrecogedoras. Komagata juega con la metáfora y el espacio para comunicar desde la emoción. El vacío de las formas recortadas que representan las transformaciones de las nubes y el color de los distintos blancos que consigue a través de las texturas de los papeles, me traslada al “Blanco sobre blanco” de Malevich. Una maravilla.
Dejo para el final a Bruno Munari por ser uno de los artistas que más me interesa. Me sorprende y me divierte su humor inteligente característico del movimiento futurista y admiro su innovadora reflexión artística y pedagógica a través de la experimentación y el juego. Todos sus libros me apasionan, es difícil decantarse por uno solo pero “Piú e Meno” (Menos es más) es uno de mis preferidos. Munari, junto a Giovanni Belgrano, propone un juego visual y literario a través de imágenes transparentes que se superponen. Distintas combinaciones dan lugar a diferentes historias, posibilidades infinitas que además invitan al lector a crear sus propios dibujos en acetatos y añadirlos al conjunto. Como todos los proyectos de Munari este libro-juego abre una puerta a la creatividad del lector de cualquier edad, en grupo o individualmente. Me parece extraordinario.
Entrevista con Mónica Gutiérrez en la redacción de Canal Lector (2014)