La ilustradora barcelonesa ha sabido recoger una dinámica que, seguramente, se repite en muchos hogares cada fin de semana, especialmente a raíz de la desescalada en las medidas restrictivas para acabar con la pandemia de coronavirus que afecta al planeta y que ha provocado un "redescubrimiento" de muchas zonas naturales. La familia estudia el pronóstico del tiempo, prepara la mochila con los elementos necesarios para pasar una jornada de campo y se lanza a la maravillosa aventura de pasear y observar juntos distintos rincones de la naturaleza. Los pequeños descubren animales ocultos en los árboles, toman esbozos de aquellas cosas que más les sorprenden, fragmentos de maderas, hojas, plumas… Mientras, por el sendero, aparecen otros paseantes junto a sus mascotas y, casi sin querer, llega la hora de extender la manta y disfrutar de una comida en la mejor compañía. Estos pequeños placeres que nos reportan las expediciones al bosque son retratados con calidez y dulzura por la autora -que en esta ocasión firma también el texto de la obra-; y propone en el epílogo de la obra una serie de sugerencias para activar los cinco sentidos de los más pequeños de la casa en esas excursiones (y los nuestros también); además de algunas pautas y recomendaciones fundamentales de obligado cumplimiento a la hora de visitar espacios naturales. Está editado en papel de buen gramaje y con esquinas redondeadas para facilitar la interacción segura por parte de los lectores más jóvenes.

La ilustradora barcelonesa ha sabido recoger una dinámica que, seguramente, se repite en muchos hogares cada fin de semana, especialmente a raíz de la desescalada en las medidas restrictivas para acabar con la pandemia de coronavirus que afecta al planeta y que ha provocado un "redescubrimiento" de muchas zonas naturales. La familia estudia el pronóstico del tiempo, prepara la mochila con los elementos necesarios para pasar una jornada de campo y se lanza a la maravillosa... Seguir leyendo