Es tan insólito lo que nos cuenta la narradora de esta historia como la forma de contarlo. Todo comienza cuando se topa frente a su casa con una «enorme montaña gris». Esa «enorme montaña gris» no es otra cosa que un elefante. Pero llamarlo así es tan raro como el hecho mismo de que un paquidermo interrumpa la salida de tu casa. Y de un libro que comienza así, todo se puede esperar. Lo absurdo, estrafalario, exagerado e inaudito tienen cabida en estas páginas con una normalidad que lo mismo asusta que divierte. María Elena Walsh abrió un camino en la literatura infantil hispanoamericana en el que el humor, la situación límite, la parodia y el empleo lúdico y sonoro del lenguaje se articulan de un modo sorprendente por su ligereza y profundidad.
Es tan insólito lo que nos cuenta la narradora de esta historia como la forma de contarlo. Todo comienza cuando se topa frente a su casa con una «enorme montaña gris». Esa «enorme montaña gris» no es otra cosa que un elefante. Pero llamarlo así es tan raro como el hecho mismo de que un paquidermo interrumpa la salida de tu casa. Y de un libro que comienza así, todo se puede esperar. Lo absurdo, estrafalario, exagerado e inaudito tienen cabida en estas páginas con una normalidad que lo mismo asusta que divierte.... Seguir leyendo
Dailan Kifki
El jueves yo salía tempranito a pasear a mi malvón por la vereda, como todos los jueves, cuando al abrir la puerta ¡zápate! ¿Qué es lo que vi? El zaguán bloqueado por una enorme montaña gris que no me dejaba pasar.
¿Qué hice? La empujé. Si, empujé la montaña y conseguí sacarla a la vereda. Y allí vi, creyendo soñar, que la montaña era nada menos que un elefante. ¿Se dan cuenta? ¡Un elefante!
Ya iba a gritar pidiendo socorro cuando me fijé que el animalote tenía una enorme carta colgada de una oreja...