Bob Esponja detective
–¡Buenos días, señor Cangrejo! –saludó Bob Esponja alegremente.
–Grrrr –respondió el señor Cangrejo, que no atinaba con la llave de la puerta–. ¿Listo para freír cientos de búrguers cangrebúrguers hoy, Bob Esponja?
–¡Hoy y todos los días, señor! –contestó Bob Esponja–. ¡Estoy listo! ¡Y Flipper también! –dijo levantando su maletín.
–¡Ah! Tu espátula favorita –dijo el señor Cangrejo, abriendo finalmente la puerta-.