Amé a Jacob

Tan pronto como se derrita la nieve, iré a Rass a buscar a mi madre. Me embarcaré en el ferry en Crisfield y bajaré a la cabina donde se quedan siempre las mujeres, pero después de permanecer sentada durante cuarenta minutos en aquellos duros bancos, me levantaré y me asomaré a las altas ventanas de proa, intentando percibir la primera señal de mi isla.
El ferry casi llegará antes de que se pueda ver Rass, que yace como el caparazón de una tortuga sobre el descolorido color verde oliva del Chesapeake. Mas, de pronto, el campanario de la iglesia metodista emergerá arrastrando un racimo de casas de madera blanca.