Septimus y la magia negra
La noche es oscura y tormentosa. Unas nubes bajas y negras envuelven en un velo de lóbrega niebla la pirámide dorada que remata la cúspide de la Torre del Mago. En las casas, mucho más abajo, la gente se agita intranquila en sus sueños, mientras el fragor del trueno se mete en ellos y les provoca pesadillas caídas del cielo.
Como un gigantesco pararrayos, la Torre del Mago se yergue por encima de los tejados del Castillo, y mágicas luces púrpura e índigo juegan alrededor de su iridiscente resplandor plateado. En el interior de la Torre, el mago de las tormentas que está de guardia ronda por el Gran Vestíbulo envuelto en una luz tenue...