La muñeca habladora de Amanda se ha vuelto loca, tan pronto repite mecánicamente frases sin sentido como dice palabrotas. Cuando Amanda pronuncia la palabra de su muñeca delante de su familia y amigos, verá que todo cambia a su alrededor. Entonces decidirá no solo repetirla sino además venderla e iniciar un negocio de venta de palabras que la hará muy famosa. Las consecuencias de su juego no son muy positivas pero Amanda conocerá la importancia de las palabras y sobre todo, de saber utilizarlas.
La muñeca habladora de Amanda se ha vuelto loca, tan pronto repite mecánicamente frases sin sentido como dice palabrotas. Cuando Amanda pronuncia la palabra de su muñeca delante de su familia y amigos, verá que todo cambia a su alrededor. Entonces decidirá no solo repetirla sino además venderla e iniciar un negocio de venta de palabras que la hará muy famosa. Las consecuencias de su juego no son muy positivas pero Amanda conocerá la importancia de las palabras y sobre todo, de saber utilizarlas.
Una terrible palabra de nueve letras
Pamela Greenwood tenía cincuenta y siete años largos, treinta y dos dientes amarillos, diez uñas pintadas de rojo sangre y tres juanetes aprisionados en unos zapatos de tacón. Era ese tipo de mujer de la que se pueden esperar frases como “Creo que tomaré otra copa de jerez”, “no hay nada que abrigue como la piel auténtica” o “Ve a jugar a tu cuarto, mocosa”.