Jessica (mejor dicho, Jess), no puede ni imaginar que el extraño huésped que acaba de alojarse en su casa y que odia a los niños la va a conducir a una aventura algo más que increíble: surcar los mares a bordo de un barco pirata. Tampoco sabe que el colgante que su padre le regaló poco antes de morir es más valioso de lo que parece. Ni que está ligada al mar más allá de esos días que pasó con su padre en la playa poco antes de su muerte. Además, estará muy cerca de cumplir su sueño de convertirse en gaviota. Lo que menos se imagina es que vaya a tener que vérselas con tipos de la calaña de El Cirujano, Sorbo Pocho, Jack el Membrillo, el señor Smith o el mismísimo Jack el Mosca, eterno rival del capitán Calavera, alguien más cercano a Jess de lo que jamás hubiera soñado en su peor pesadilla
Jessica (mejor dicho, Jess), no puede ni imaginar que el extraño huésped que acaba de alojarse en su casa y que odia a los niños la va a conducir a una aventura algo más que increíble: surcar los mares a bordo de un barco pirata. Tampoco sabe que el colgante que su padre le regaló poco antes de morir es más valioso de lo que parece. Ni que está ligada al mar más allá de esos días que pasó con su padre en la playa poco antes de su muerte. Además, estará muy cerca de cumplir su sueño... Seguir leyendo
El Calavera
Me gustan los líos. Los busco, los persigo y hasta que no estoy metida hasta las cejas en un buen follón no me siento a gusto. En mi defensa también he de decir que, el día que yo no los busco, son ellos los que vienen a mí. Al menos eso es lo que me ocurrió aquella vez en la que , sin comerlo ni beberlo, me vi de pronto en el enredo más gordo y peligroso de mi vida. Tan gordo y peligroso que terminé convertida en la diana de una partida de dardos.
Todo empezó una mañana cualquiera en la que oí unos extraños chillidos y corría a la ventana. Eran pájaros.