Un chico y su vecina salen de casa para asistir a un concierto. Al abrir la puerta, descubren estupefactos que la escalera del edificio ha desaparecido. Un platillo volador, un zepelín, dos dinosaurios y una bandada de golondrinas pasan por delante sin detenerse para ayudarles. Un colchón y un salto arriesgado les permitirán llegar al final de la función. Extravagante historia ilustrada que, entre escenas y situaciones disparatadas, explica al lector las diferentes partes que tiene un concierto clásico.
Un chico y su vecina salen de casa para asistir a un concierto. Al abrir la puerta, descubren estupefactos que la escalera del edificio ha desaparecido. Un platillo volador, un zepelín, dos dinosaurios y una bandada de golondrinas pasan por delante sin detenerse para ayudarles. Un colchón y un salto arriesgado les permitirán llegar al final de la función. Extravagante historia ilustrada que, entre escenas y situaciones disparatadas, explica al lector las diferentes partes que tiene un concierto clásico.
Concierto para escalera y orquesta
Ayer subí a casa de la muchacha de los altos para invitarla al concierto de la orquesta sinfónica. -¡Magnífico! –dijo, y el crucigrama que estaba resolviendo fue a hacerle compañía al pez en el fondo de la pecera. Mi amiga le dio un beso a una rosa para que los labios se le tiñeran de carmín y, como no encontraba por ninguna parte la hebilla del pelo, echó mano a una tortuguita y se la prendió en la cabeza.