Encarnación absoluta de la estética y los valores de la época victoriana, pasados por el tamiz de la escritura de una de esas nuevas mujeres que trajo consigo la revolución romántica del XIX, de 'Jane Eyre' se ha dicho de todo, hasta el punto de considerar a su protagonista -una pobre huérfana maltratada que llega a ser institutriz y aspira a casarse por amor- una feminista avant la lettre. Quizá sea difícil para nosotros realizar esa lectura de la obra, inmersos en el ambiente clasista y patriarcal que rezuma la novela. Pero la calidad de la prosa, la magnífica recreación de ambientes de la Inglaterra decimonónica, la complejidad de los caracteres, la tímida crítica social y la peripecia singular de Jane, serán suficientes para enganchar al lector joven. Clásico imperecedero.
Encarnación absoluta de la estética y los valores de la época victoriana, pasados por el tamiz de la escritura de una de esas nuevas mujeres que trajo consigo la revolución romántica del XIX, de 'Jane Eyre' se ha dicho de todo, hasta el punto de considerar a su protagonista -una pobre huérfana maltratada que llega a ser institutriz y aspira a casarse por amor- una feminista avant la lettre. Quizá sea difícil para nosotros realizar esa lectura de la obra, inmersos en el ambiente clasista y patriarcal que rezuma la... Seguir leyendo
Jane Eyre
Aquel día no podíamos salir a pasear de nuevo. Por la mañana habíamos dado una vuelta por el desolado jardín, pero a la hora de comer -que solía ser temprana cuando la señora Reed no tenía invitados a su mesa- aquel cierzo tan frío de la mañana trajo unos nubarrones negros y espesos que se convirtieron en una lluvia helada, persistente y tenaz.
Yo estaba encantada, mientras que para los demás aquello significaba una contrariedad. En los días de mal tiempo y bajas temperaturas, era un tormento para mí la obligación de salir de paseo o, simplemente, salir al exterior para hacer algún trabajo, puesto que siempre volvía a casa, al caer la tarde, con los dedos de las manos y de los pies completamente helados, el ánimo entristecido por los continuos reproches de que era objeto por parte de Bessie, la niñera que nos acompañaba, y además me sentía profundamente humillada al compararme con los hijos de la señora Reed y notar mi inferioridad física.