¿Cómo se ve la guerra desde los ojos de una niña que viaja de un país a otro y en todos encuentra una violencia tras de las cortinas de su comodidad familiar, de su burbuja inocente a la que entra y sale su padre fascista y que su madre guarda con gran esmero? La afamada escritora Marina Colasanti entrega en esta obra los recuerdos de su infancia en la que se mezclan los juegos de los niños con el sonido de las bombas, el miedo, la escasez y la violencia. Episodios narrados con la destreza y poesía que caracterizan los escritos de Colasanti llevan al lector a esconderse con ella, su hermano, su prima y una empleada adolescente debajo de las escaleras mientras pasa un caza, un avión de espionaje, y ellos ríen tapándose la boca por que mueren de ganas por ir a orinar pero también de miedo a ser vistos o sufrir un bombardeo repentino. Niños que hacen su baraja de naipes y su moneda de truque con las imágenes de las cajetillas de cigarrillo del ejército de ocupación. Este documento histórico y pieza literaria no debería faltar en el acervo de todo buen lector.
¿Cómo se ve la guerra desde los ojos de una niña que viaja de un país a otro y en todos encuentra una violencia tras de las cortinas de su comodidad familiar, de su burbuja inocente a la que entra y sale su padre fascista y que su madre guarda con gran esmero? La afamada escritora Marina Colasanti entrega en esta obra los recuerdos de su infancia en la que se mezclan los juegos de los niños con el sonido de las bombas, el miedo, la escasez y la violencia. Episodios narrados con la destreza y poesía que caracterizan los escritos de Colasanti... Seguir leyendo
Mi guerra ajena
Mis padres se casaron bajo la mira de las ametralladoras. Él, de uniforme, con cartucheras en la cintura; ella, muy delgada, de sastre claro y sombrero de niña. La tropa entera formada a su alrededor. Un poco atrás de los novios, los únicos civiles con seis mujeres y un niño, seguramente las dos hermanas de ella, huérfana desde temprano, y sus mejores amigas. Reconozco a mi abuela paterna. Al lado de mi padre, junto al altar, el comandante.