La autora que cautivó a los lectores con el encantador Tania Val de Lumbre, obra que inauguró la colección infantil de Nórdica, regresa con unas aventuras que tienen, de nuevo, sabor a clásico. Lena y Theo, una pareja de amigos muy diferentes pero unidos por las mismas pasiones, narran sus peripecias, ocurrencias y travesuras. Saltos en tirolina, travesías entre la nieve, alocados descensos en trineo, sentimientos a flor de piel y mucho humor. Pasajes de vida rural y en permanente contacto con la naturaleza, sinónimo de infancias felices, salpicados de algún que otro susto protagonizado, sobre todo, por la carismática y temperamental Lena que conforman una obra deliciosa -como los gofres de la tía abuela- y que, sin duda, aviva la imaginación del lector. Las bellas estampas ilustradas que acompañan al texto ayudan a sentir aún más de cerca el paisaje nórdico en el que están ambientadas las historias. La obra ha sido publicada en multitud de idiomas y reconocida por publicaciones tan prestigiosas en el campo de la LIJ como la revista Andersen.
La autora que cautivó a los lectores con el encantador Tania Val de Lumbre, obra que inauguró la colección infantil de Nórdica, regresa con unas aventuras que tienen, de nuevo, sabor a clásico. Lena y Theo, una pareja de amigos muy diferentes pero unidos por las mismas pasiones, narran sus peripecias, ocurrencias y travesuras. Saltos en tirolina, travesías entre la nieve, alocados descensos en trineo, sentimientos a flor de piel y mucho humor. Pasajes de vida rural y en... Seguir leyendo
Corazones de gofre
La primera tarde de las vacaciones, Lena y yo montamos una tirolina entre su casa y la mía. Como de costumbre, Lena iba a ser la primera en probarla, así que se armó de valor y se encaramó al alféizar de la ventana, luego agarró bien la cuerda con ambas manos y lanzó los pies descalzos para enlazarlos alrededor de la tirolina. Cuando la ví arrastrarse hacia su casa y alejarse de la ventana, me pareció tan peligroso que tuve que contener la respiración.