Como decían en As time goes by, las cosas fundamentales adquieren valor a medida que pasa el tiempo. Esa enseñanza planea sobre la pequeña historia que Alberto Pieruz nos cuenta a través de su personal lenguaje pictórico, limpio y atractivo. Lucas es un niño y, como tal, ama el juego al aire libre, la libertad y la diversión a todas horas. Pero reside en casa del señor Minutti, un perfeccionista y organizado anciano que somete a sus súbditos y al pequeño a un riguroso horario cargado de rutinas. Una noche, Robogante llega a la ciudad, también encadenada a las prisas y el aburrimiento. Su presencia alterará la convivencia hasta el punto de provocar la expulsión de nuestro protagonista. Desde la nueva vida en el bosque ambos disfrutan de su amistad recién estrenada y el libre albedrío, pero con el paso de las horas empieza a renacer un fuerte sentimiento. Cuando notes en tu día a día que el reloj aprieta y falta el aire, disfruta de esta historia sosegadamente para coger nuevo impulso…
Como decían en As time goes by, las cosas fundamentales adquieren valor a medida que pasa el tiempo. Esa enseñanza planea sobre la pequeña historia que Alberto Pieruz nos cuenta a través de su personal lenguaje pictórico, limpio y atractivo. Lucas es un niño y, como tal, ama el juego al aire libre, la libertad y la diversión a todas horas. Pero reside en casa del señor Minutti, un perfeccionista y organizado anciano que somete a sus súbditos y al pequeño a un riguroso horario cargado de rutinas. Una noche,... Seguir leyendo
Los robots no tienen prisa
En la ciudad, todos tenían prisa.
Todos menos Lucas.
El señor Minutti era un chiflado de la puntualidad. Siempre
estaba pendiente de tener todos los relojes en hora.
Lucas odiaba los relojes.
Odiaba los horarios.