El ratón blanco podría ser primo hermano de la Ratita Presumida. Es un poco relamido, elegante, de los que cuidan la raya en el pantalón, siempre con el pelaje reluciente y permanentemente atento a no estropear su apariencia. Vive contento, recitando algunas cantinelas desde la ventana de su casa, hasta que una mañana de primavera un paseo cotidiano termina en situación de emergencia. Nuestro protagonista se pierde y debe enfrentarse a diferentes fenómenos y sucesos que se presentan ante él a través de un simpático juego de adivinanzas, en las que los lectores deben ser partícipes. También surgen amigos inesperados y momentos de tensión (a la plancha). Siempre con una sonrisa, a pesar de todo, y acompañado de su fiel guitarra, el extravío finaliza con una poderosa reflexión. El trabajo gráfico rezuma simpatía y jovialidad, y constituye un adecuado complemento para seducir definitivamente a los niños y niñas que se atrevan a caminar junto al roedor por el luminoso bosque.
El ratón blanco podría ser primo hermano de la Ratita Presumida. Es un poco relamido, elegante, de los que cuidan la raya en el pantalón, siempre con el pelaje reluciente y permanentemente atento a no estropear su apariencia. Vive contento, recitando algunas cantinelas desde la ventana de su casa, hasta que una mañana de primavera un paseo cotidiano termina en situación de emergencia. Nuestro protagonista se pierde y debe enfrentarse a diferentes fenómenos y sucesos que se presentan ante él a través de un simpático... Seguir leyendo
Blanco como nieve
Érase una vez un ratón lindo
y un poco relamido al que no
le gustaba, de ninguna manera,
ensuciarse su pelo perfectamente
blanco. Cada mañana, después
de asearse, sacaba la patita por
la ventana de su casa y cantaba:
Soy un ratón blanco,
blanco como la nieve.