Andrea Antinori deconstruye una de las obras cumbre de James Ensor, artista belga nacido en la segunda mitad del XIX que destacó por sus técnicas y planteamientos, innovadores en muchos aspectos y que pueden considerarse un anticipo a las corrientes que surgirían con posterioridad. A partir de su cuadro, el autor inventa una simpática historia sobre el singular acontecimiento que acaba de producirse en la capital de la Región Flamenca. Jesucristo, a lomos de su burro, ha llegado a la ciudad de visita y las calles deben engalanarse para tal honor. Los personajes y elementos que forman parte del fresco adquieren vida y campan a sus anchas en el relato junto a otros artistas contemporáneos y símbolos de la cultura local. El resultado es una explosión de color, poblada de elementos grotescos y surrealistas que nos introducen de lleno en la experiencia pictórica. Ideal como ejemplo para trabajar las analogías entre las distintas facetas artísticas con niños y niñas, el álbum reivindica y homenajea un cuadro que no ha podido disfrutarse en público hasta bien entrado el siglo XX, y que actualmente se exhibe en Estados Unidos. Original y sugerente.
Andrea Antinori deconstruye una de las obras cumbre de James Ensor, artista belga nacido en la segunda mitad del XIX que destacó por sus técnicas y planteamientos, innovadores en muchos aspectos y que pueden considerarse un anticipo a las corrientes que surgirían con posterioridad. A partir de su cuadro, el autor inventa una simpática historia sobre el singular acontecimiento que acaba de producirse en la capital de la Región Flamenca. Jesucristo, a lomos de su burro, ha llegado a la ciudad de visita y las calles deben engalanarse para tal honor. Los... Seguir leyendo
La entrada de Cristo en Bruselas
Y bien, después de un largo viaje,
Cristo entra en Bruselas
a lomos de su infatigable "corcel".
¿Y esos señores de ahí abajo?
Parecen, sin duda, salidos de un cuadro.
Deben de ser los habitantes de Bruselas,
los primeros que Cristo encuentra.
El del medio, todo de azul,
a juzgar por la banda que lo adorna, no puede ser otro que el alcalde.