Al igual que Shaun Tan, otro de los grandes nombres de la ilustración contemporánea, en Cigarra, Liao utiliza el perfil de un trabajador, en este caso el director general de una gran empresa, para trazar una profunda digresión en la línea lírica habitual y mostrar una vez más sus exquisitas técnicas narrativas, tanto a través de un texto delicioso como en el plano gráfico. Diseños, estructuras y contraplanos ingeniosos, fabulosas visiones cenitales, regresiones a la infancia y viajes aéreos a mundos inalcanzables… Todo es lícito para cautivar. La historia nos habla de un poderoso mandatario que ha tenido una infancia, adolescencia y adultez siempre feliz, y que ve interrumpida su imparable ascensión en el templo de la fama y el poder (paradójicamente) por el súbito crecimiento de unas alas en su espalda que, poco a poco, provocan una transformación de sus hábitos, convierte la existencia en una pesadilla y corta de raíz sus sueños. El proceso implica primero la aceptación de la nueva realidad por parte de sus familiares y allegados, y posteriormente una profunda tristeza, también una de las marcas de la casa, que desemboca en poética desesperación. La originalidad de la trama, una colección de espectaculares láminas (con guiños dalinianos y dickensianos e incluso un pequeño auto homenaje con la aparición de los protagonistas del inolvidable Desencuentros en la gran pantalla); y la epatante puesta en escena convierten el nuevo trabajo en otra pequeña obra de arte para saborear y compartir entre los amantes de la literatura infantil y juvenil gourmet.
Al igual que Shaun Tan, otro de los grandes nombres de la ilustración contemporánea, en Cigarra, Liao utiliza el perfil de un trabajador, en este caso el director general de una gran empresa, para trazar una profunda digresión en la línea lírica habitual y mostrar una vez más sus exquisitas técnicas narrativas, tanto a través de un texto delicioso como en el plano gráfico. Diseños, estructuras y contraplanos ingeniosos,... Seguir leyendo
Las Alas
Era un atardecer nuboso.
En la lejanía zigzagueaba el resplandor azulado de los relámpagos,
mientras el retumbar de los truenos estremecía a la ciudad entera.
Yo estaba contemplando la tormenta cuando,
al ver alejarse entre la lluvia la silueta del director general,
no pude reprimir las lágrimas.