El flamenco, parte indisoluble del adn de la cultura andaluza y española, fusiona como pocas expresiones populares la emoción de la alegría y el sentimiento de tristeza. Una genuina invención del pueblo, perfecta mistura de cante, baile y toque, alabada por intelectuales de todas las épocas, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO y que sigue cautivando a millones de personas de todas las latitudes a cada minuto. Por un lado defensores de su pureza, por otro seguidores de los nuevos artistas que han transformado los cánones de este acervo popular tan rico en matices, lo cierto es que era necesaria una aproximación tan elegante como el presente vocabulario para que los pequeños lectores puedan familiarizarse, desde las primeras edades, con algunos de los elementos fundamentales que forman parte del cante jondo. Palos, instrumentos musicales, palabras propias de la jerga, pasos indispensables para amar un poco más (o descubrir) un género que va más allá de la música. Solo dos reconocidas amantes del mismo, la conocida escritora de LIJ Montse Ganges y la “ilustraora” (artista en una doble faceta: bailaora e ilustradora) Susana Subirana, podían acuñar con éxito un poemario, al mismo tiempo juguetón y emotivo, que destaca como una de las propuestas más originales de 2019, reivindicando este arte como se merece.
El flamenco, parte indisoluble del adn de la cultura andaluza y española, fusiona como pocas expresiones populares la emoción de la alegría y el sentimiento de tristeza. Una genuina invención del pueblo, perfecta mistura de cante, baile y toque, alabada por intelectuales de todas las épocas, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO y que sigue cautivando a millones de personas de todas las latitudes a cada minuto. Por un lado defensores de su pureza, por otro seguidores de los nuevos artistas... Seguir leyendo
De los pies a la cabeza. Mi primer vocabulario flamenco
Bata de cola
Si doy un paso, se arrastra.
Si salto, se levanta.
Con un taconeo, se estremece.
Y a la media vuelta,
se enreda y se pelea.
De mi bata la cola
me sigue a todas partes
para que no vaya sola.