Brinker tiene 13 años y trabaja de ayudante en una panadería en Ventura. El día de su fiesta más importante, que conmemora las hazañas del héroe Herrik, supone un punto de inflexión para el protagonista que, decidido a satisfacer su eterno deseo de emular las aventuras de este personaje y acceder a la Isla Palpitante, un lugar legendario al que solo se puede acudir de forma restringida a través de un servicio de barqueros. Una vez logra desembarcar en el islote comienzan las fascinantes hazañas de este nuevo héroe de la LIJ, salpicadas de pasajes que alternan el buen humor con el misterio. La obra bebe de las estructuras de propuestas clásicas en el género y combina efectos recurrentes como los cambios en las tipografías o las ilustraciones caricaturescas, esbozadas a plumilla y firmadas por el propio escritor. Tras la lectura del libro, la editorial nos propone un juego interactivo accesible desde este enlace, en el que nos ponen a prueba. ¿Recordaremos todas las peripecias, personajes y distintos escenarios que aparecen?
Brinker tiene 13 años y trabaja de ayudante en una panadería en Ventura. El día de su fiesta más importante, que conmemora las hazañas del héroe Herrik, supone un punto de inflexión para el protagonista que, decidido a satisfacer su eterno deseo de emular las aventuras de este personaje y acceder a la Isla Palpitante, un lugar legendario al que solo se puede acudir de forma restringida a través de un servicio de barqueros. Una vez logra desembarcar en el islote comienzan las fascinantes hazañas... Seguir leyendo
Brinker Pasolargo y la Isla Palpitante
Durante la mayor parte del año, la ciudad de Ventura
lucía una tonalidad marrón, similar a la de sus rudos
habitantes. Sin embargo, aquella mañana amaneció
engalanada por grandes banderolas de brillantes colores
y un bullicio impropio de una hora tan temprana. La
ciudad celebraba su festividad más importante, y seres
de todo el continente se habían unido a los festejos,
convirtiendo cualquier desplazamiento por sus calles
en una interminable sucesión de empujones y codazos.
Dondequiera que uno mirara, encontraba malabaristas,
contorsionistas y carteristas tratando de sacar unas
monedas de la multitud asistente