Si has leído muchos cuentos ya sabrás que cuando el lobo tiene hambre hay que echarse a temblar. Ocho animales y objetos pueden ser el próximo primer plato del protagonista, el azar decide quién irá primero y quién tendrá más posibilidades de sobrevivir unos minutos. Al mismo tiempo que van desapareciendo los objetivos, aumenta considerablemente la tripa del depredador. Sin embargo, la acción de un personaje invitado provocará un insólito final que, en el caso de narrar el cuento en voz alta, debe suponer una gran sorpresa para los escuchantes. Una historia muy sencilla a la par que efectiva para arrancar sonrisas en los bebés, que redunda en la idea del voraz e incontenible hambre que siempre demuestra el “malo” de tantas historias. Al mismo tiempo se plantea un juego de agudeza visual, al proponer la identificación de aquellos “componentes del menú” que van desapareciendo página tras página. Editado en pequeño formato siguiendo todos los protocolos para garantizar la seguridad en la manipulación de sus páginas a las que suelen someterse este tipo de propuestas, el álbum fue premiado en Leipziger Messe y por la Stiftung Lesen de Alemania.
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