Glabro, legionario de Roma
Un grupo de esclavos salió al círculo de arena para retirar los cadáveres, los cuerpos de los animales y cubrir la sangre recién derramada.
Al populacho le gustaba ver en cada ocasión el escandaloso color escarlata con nitidez, sobre pálida arena limpia. Era la razón por la que se procedía a esta labor higiénica al final de cada fase del cruento espectáculo. Aunque bajo la arena se disponía una capa de tablas para que sirvieran de filtro, pronto éste no era suficiente para chupar toda la sangre y había que echar más y más canastos de arena para ocultarla.
Las pesadas moscas zumbaban entre los esclavos perturbando su trabajo,