Un hermoso y enorme caserón a orillas del mar es el punto de encuentro de las hermanas Verdelaine, huérfanas desde hace poco más de un año, que comparten actividades, sentimientos, inquietudes y nuevas responsabilidades. Enid, la protagonista del capítulo inicial en la tetralogía, es quizás la más inquieta de todas, como demuestra su actitud al escuchar misteriosos ruidos en el jardín (no duda en creer que se trata de un fantasma). Una anécdota que da pie a otras muchas que siempre tienen el hogar como escenario principal, un espacio sugerente donde las hermanas adolescentes viven y sufren su nueva condición. Narrada con elegancia, con un lenguaje claro y comprensible, su clima cálido y evocador, que entronca con grandes clásicos desde el tiempo actual, es muy seductor para un determinado perfil de lector adolescente. La edición, que posee una excelente carta de presentación con la cubierta diseñada por la artista inglesa Zanna Goldhawk, es muy atractiva y contribuye a moldear el ecosistema narrativo creado por Ferdjoukh, una consumada especialista en novela policiaca que con en esta serie tomó nuevos senderos narrativos.
Un hermoso y enorme caserón a orillas del mar es el punto de encuentro de las hermanas Verdelaine, huérfanas desde hace poco más de un año, que comparten actividades, sentimientos, inquietudes y nuevas responsabilidades. Enid, la protagonista del capítulo inicial en la tetralogía, es quizás la más inquieta de todas, como demuestra su actitud al escuchar misteriosos ruidos en el jardín (no duda en creer que se trata de un fantasma). Una anécdota que da pie a otras muchas que siempre tienen... Seguir leyendo
Cuatro hermanas I
El otoño
Ruidos en el viejo torreón
o
De la utilidad de tener hermanas
A veces Enid habría preferido tener menos hermanas.
- Con dos habría tenido de sobra -le confesó a Gulliver Doniphon, que compartía con ella asiento doble en el autocar escolar.
Gulliver se pellizcó el párpado izquierdo y se examinó con ternura el pulgar, en el que tres cejas acababan de fallecer.