Tres onomatopeyas resumen las sensaciones que genera observar detenidamente las andanzas de Rabbit, un conejo humanizado al que identificamos a través de las sombras, y a quien la ilustradora Joanna Ham representa con diseños minimalistas en acciones cotidianas (a veces tan divertidas como peligrosas), que simbolizan pasajes de la infancia de muchos niños. Dibujos clandestinos en la pared, castillos de arena acechados por la subida de la marea, demasiado jabón a la hora del baño, ingeniosas tretas para alcanzar comidas "prohibidas", piruetas en el agua y en la nieve e, incluso, acrobáticos ejercicios en el parque de los columpios. Con solo dos tonalidades (verde y negro en el caso de ¡Uy!, amarillo y negro en el de ¡Guau!; y azul y negro en ¡Yupi!); la polifacética artista británica propone una imaginativa serie que se disfruta con mayor intensidad como base para una lectura compartida en la que los pequeños identifiquen las diferentes aventuras urbanas y en la naturaleza del lepórido.
Tres onomatopeyas resumen las sensaciones que genera observar detenidamente las andanzas de Rabbit, un conejo humanizado al que identificamos a través de las sombras, y a quien la ilustradora Joanna Ham representa con diseños minimalistas en acciones cotidianas (a veces tan divertidas como peligrosas), que simbolizan pasajes de la infancia de muchos niños. Dibujos clandestinos en la pared, castillos de arena acechados por la subida de la marea, demasiado jabón a la hora del baño, ingeniosas tretas para alcanzar comidas... Seguir leyendo