Basada en una sorprendente historia real, el relato de Kirian Millwood fue reconocido con el Wainwright Award en 2023 (galardón que se concede en el ámbito de la literatura infantil y juvenil británica a aquellas obras centradas en ensalzar nuestro medio ambiente y del que ya había sido finalista con otra exitosa propuesta anterior: "Julia y el tiburón"). El cambio climático y el amor por los animales sirven como trasfondo a esta doble historia en donde se trazan analogías entre la increíble travesía de una zorra a lo largo de más de setenta días y la resiliencia de una madre y su hija. Trazas reales que Millwood utiliza como contextos clave para despertar conciencias, mediante una trama que se despliega con elegancia y sensibilidad al ritmo de los temores y los recuerdos que subyacen en la relación especial que une a los personajes. El instinto de supervivencia, el gélido ecosistema y las inquietudes de los personajes que pueblan el relato confluyen de forma armónica a través de una narrativa poética, que juega con tipografías y estructuras de los textos en una reducida paleta de colores fríos, y que aboga por inculcar en los preadolescentes la idea de rebelarse contra la injusticia, a favor de la paz, por la concienciación de los desastres que genera el cambio climático y normalizando la migración como fenómeno que ha caracterizado a los seres humanos y a los animales desde tiempos inmemoriales. Las ilustraciones de Tom de Freston, cuya carrera es pareja a la de la escritora británica, fusionan texturas, bocetos y técnicas diversas, siempre en tintas azules y negras, a juego con el diseño aplicado a toda la novela.
Basada en una sorprendente historia real, el relato de Kirian Millwood fue reconocido con el Wainwright Award en 2023 (galardón que se concede en el ámbito de la literatura infantil y juvenil británica a aquellas obras centradas en ensalzar nuestro medio ambiente y del que ya había sido finalista con otra exitosa propuesta anterior: "Julia y el tiburón").... Seguir leyendo
LEILA Y LA ZORRA AZUL
Los inuit la llamaban tiriganiarjuk, "la pequeña blanca", a pesar de que su pelaje es de un oscuro gris azulado como el hielo más denso, como las rocas que inspecciona en busca de comida. Los científicos que la siguen la llaman Miso, porque es un nombre dulce pero ingenioso y creen que tiene una cara dulce pero ingeniosa. Nosotros la llamamos zorra porque esa es la palabra en nuestro idioma, pero ella no es solo zorra, ni tiriganiarjuk, ni Miso.