Palabra de Nadie
He decidido que me llamaré Nadie.
No he tomado la decisión a la ligera. Lo he meditado mucho. Primero pensé en buscar un seudónimo, pues eso es lo habitual cuando alguien no quiere utilizar su propio nombre. De pequeña tuve una amiga que se llamaba Casilda. Siempre me hizo gracia ese nombre. Sus padres cambiaron de trabajo y se marcharon a vivir a otra ciudad, muy lejos. No he vuelto a saber de ella. Pensé que Casilda podría ser mi seudónimo, pero al final he decidido llamarme Nadie.
No quiero dar ninguna pista. No quiero que me reconozcan y, sobre todo, no quiero que me recononozcan algunas personas, si llegaran a leer estas páginas.
Me llamaré Nadie.