Publicada por primera vez en 1875, esta novela de nuevos robinsones, que emplean todos sus conocimientos científicos para hacer habitable una isla desierta... (hasta que ésta salta por los aires porque es un volcán), es también la novela en la que muere el capitán Nemo, uno de los personajes más emblemáticos y valorados de Verne. Con un arranque espectacular y un desenlace inesperado, las aventuras del ingeniero Ciro Smith, su criado Nab y su perro Top; el periodista Gedeon Spilett; el marino Pencroff y su protegido, el huérfano de 15 años Harbert Brown; y el "salvaje" Ayrton, son un buen ejemplo del estilo Verne: entretenido, emocionante y didáctico.
Publicada por primera vez en 1875, esta novela de nuevos robinsones, que emplean todos sus conocimientos científicos para hacer habitable una isla desierta... (hasta que ésta salta por los aires porque es un volcán), es también la novela en la que muere el capitán Nemo, uno de los personajes más emblemáticos y valorados de Verne. Con un arranque espectacular y un desenlace inesperado, las aventuras del ingeniero Ciro Smith, su criado Nab y su perro Top; el periodista Gedeon Spilett; el marino Pencroff y su protegido, el huérfano de... Seguir leyendo
La isla misteriosa
–¿Remontamos?
–¡No, al contrario, descendemos!
–¡Mucho peor, señor Ciro! ¡Caemos!
–¡Vive Dios! ¡Arrojad lastre!
–Ya se ha vaciado el último saco.
–¿Se vuelve a elevar el globo?
–No.
–¡Oigo un ruido de olas!
–¡El mar está debajo de la barquilla!
–¡Y a unos quinientos pies!
Entonces una voz potente rasgó los aires y resonaron estas palabras:
–¡Fuera todo lo que pesa! ¡Todo! ¡Sea lo que Dios quiera!
Estas palabras resonaron en el aire sobre el vasto desierto de agua del Pacífico, hacia las cuatro de la tarde del día 23 de marzo de 1865.
Seguramente nadie ha olvidado el terrible viento del nordeste que se desencadenó en el equinoccio aquel año y durante el cual el barómetro bajó setecientos diez milímetros. Fue un huracán sin intermitencia, que duró del 18 al 26 de marzo.