Un bosque lleno de hayas
Alejandro ya no lleva la cuenta de las veces que las discusiones con su madre se terminaron con la misma frase, típica en aquella casa: «¡Ya no te entiendo, hijo, ya no te entiendo!» Entender... que sabrá ella de entender.
Alejandro es el que no entiende a su madre. No entiende muchas cosas.
Por ejemplo, no comprende el rollo ese que se trae con Miguel, su nuevo novio. Y ya van tres. Tres novios desde el divorcio, hace ya tres años. A novio por año. Y nunca le sale bien. Está cansado de verla llorar por esas cosas.
Independientemente de esto, al Miguel este, a este en concreto, no lo soporta.