Esta novela presenta la dramática historia de una familia de blancos que sobrevive en las afueras de Johannesburgo. Emily, la protagonista y narradora, sufre de forma cotidiana la frustración de sus padres ante una vida mediocre, de terratenientes poco adinerados, insuficiente para satisfacer los delirios de grandeza de la madre. En este ambiente, la llegada de una familia a la finca supone para Emily y su hermana un soplo de aire fresco que, sin embargo, les llevará a plantearse preguntas que nunca antes se habían hecho y, en consecuencia, a crecer. Una obra intimista muy intensa, que acercará a los lectores una realidad no tan lejana a nuestros días.
Esta novela presenta la dramática historia de una familia de blancos que sobrevive en las afueras de Johannesburgo. Emily, la protagonista y narradora, sufre de forma cotidiana la frustración de sus padres ante una vida mediocre, de terratenientes poco adinerados, insuficiente para satisfacer los delirios de grandeza de la madre. En este ambiente, la llegada de una familia a la finca supone para Emily y su hermana un soplo de aire fresco que, sin embargo, les llevará a plantearse preguntas que nunca antes se habían hecho y, en consecuencia, a crecer. Una obra... Seguir leyendo
El final de la inocencia
Mi familia, en cierto modo, no era muy distinta de la ciudad en la que vivíamos, Johannesburgo, que en zulú se conoce como Égoli: «El Dorado». Una ciudad circundada por moles de roca gris y fina arena amarilla en más de ciento cincuenta kilómetros a la redonda. Montañas artificiales de formas espectaculares, semejantes a colosales pirámides truncadas que se ciernen sobre la ciudad. Parece la fabulosa creación de una civilización olvidada, no la obra de mineros sudorosos que, buscando oro, escarbaron como topos las entrañas de la tierra para llegar al tesoro oculto. Imponentes y mágicos, estos monumentos descomunales refulgen sobre la ciudad.