Buscar por    
Edad
  
País
  
  Género
  
Soporte
   
Temas
Estás en : Home  /  Indispensable en mi maleta  /   5 historias y estilos que marcaron como lector y escritor a Ricardo Gómez Gil

5 historias y estilos que marcaron como lector y escritor a Ricardo Gómez Gil


Ricardo Gómez Gil es uno de los escritores más importantes del panorama LIJ. Sus conmovedoras historias han merecido algunos de los más importantes galardones que se conceden en este campo, desde el Premio Alandar, que ha obtenido en dos ocasiones, hasta el Premio Cervantes Chico, otorgado como reconocimiento a toda su trayectoria, pasando por el Gran Angular o el Barco de Vapor.

Nacido en 1954 en un pueblo de Segovia, a muy temprana edad su familia se trasladó a Madrid. Tras estudiar Matemáticas, durante más de veinte años ejerce la docencia como profesor de esta disciplina. Su incursión en el mundo de la literatura se produce a mediados de los años noventa. Desde entonces ha cultivado distintos géneros. como la poesía, la novela y el relato corto.

Su obra ha sido publicada en varias editoriales y traducida en países como Italia, Francia, Alemania, Corea o Brasil. Comprometido y solidario, su estilo narrativo está bañado de lirismo y crítica social. Según confiesa en su página web, donde puedes conocer mucho mejor al autor a través de los apuntes autobiograficos y las distintas secciones que se ofrecen, es un apasionado de la fotografía, el cine, la música, el paseo y el viaje.
 
Tal y como se publicó en el número 17 de la revista Lazarillo, en el año 2007, cuando le pidieron una reflexión sobre su vida y obra: "Para biografías, las de Poe, Stevenson, Kafka… Algunas personas están interesadas en conocer detalles sobre mi vida, que no tienen mayor importancia. Más que ese relato, prefiero enumerar lo que otro escritor denominó “los ingredientes de la vida”, que es el conjunto de personas, cosas y sentimientos que a uno le caracterizan: Sole-Daniel-Claudia, amigos y amigas en una breve pero entrañable lista, lectura, escritura, música, conversaciones con un buen vino, la isla del tesoro, Sáhara, Cuba, rabia, colegas de escritura (Gonzalo-Carlo), matemáticas y ciencia, paseos por un bosque…"
 
En Canal Lector resumía su trayectoria hace unos años así:
 
"Nací un gélido febrero de 1954 en un pueblo de Segovia, aunque muy pronto mi familia vino a Madrid, con lo que mis recuerdos infantiles (canicas y primeros amigos) son de esta ciudad, que por entonces todavía olía a pequeña capital. Desde entonces hasta que comencé a escribir puedo recordar muchas cosas, entre otras que me ganaba la vida dando clases de matemáticas, pero sobre todo que la lectura siempre me ha apasionado y acompañado.
Me decidí a escribir pasados los cuarenta, cuando la lógica parece indicar que uno debe disfrutar de lo poco que haya aprendido a hacer en la vida. Pero rompiendo con esa lógica y con mis costumbres, intenté sentarme ante la hoja en blanco y contar lo que siempre soñé leer. Comencé con relatos breves, seguí con novela, tanteé la poesía... Al final, casi sin proponérmelo, acabé escribiendo historias para niños y jóvenes, convencido de que la LIJ es una de las mayores exigencias para el escritor. Disfruto con ellas sin entender bien la barrera que separa a la literatura de niños de la literatura para adultos, porque estoy convencido de que los argumentos y los personajes de las buenas historias no tienen edad. En la actualidad trato de compaginar la literatura (para todos los públicos) con la divulgación científica."
 
Algunas de sus obras más importantes son El cazador de estrellas (Edelvives), Las hijas de Tuga (Alfaguara), Como la piel del caimán (SM), 3333 (SM), Ojo de Nube (Premio Barco de Vapor, SM); Mujer mirando al mar (SM), Juegos, inocentes juegos (Edelvives, Premio Alandar) o las interesantes versiones de Amadís de Gaula (cómic publicado por SM con guión suyo); Los viajes de Ulises y El vuelo de Ícaro (Edelvives), entre otras muchas.
 
 

Imagen: Edelvives
 
Indispensables en la maleta de Ricardo Gómez
 

Cinco títulos son pocos, nada. Llenaría una maleta con libros de colegas españoles coetáneos y un baúl con obras de todos tiempos, para niños y para algo mayores, yendo tan lejos como releer fragmentos de la "Odisea" de Homero o tan cerca como para cargar con álbumes de Shaun Tan. Pero como las reglas son las que son, elijo cinco que me marcaron en diferentes épocas de la vida, como lector y como aprendiz de escritor, y que podría leer y compartir con mis acompañantes jóvenes en cualquier naufragio un poco prolongado. 

De la Tierra a la Luna, de Julio Verne

Significó en su momento para mí una apertura al mundo de la ciencia ficción, en una época en la que estaban de moda los viajes espaciales, allá por los años 60. Lo leí a los catorce fascinado porque Verne hubiera elegido la misma ubicación para su cañón que más adelante se utilizó para enviar las naves americanas; porque el viaje de Barbicane a la Luna se realizara en cuatro días y una hora, y el viaje del Apolo VIII durara cuatro días… Y así, mezclando la literatura, la ciencia y la fantasía.

Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift

Una reflexión sobre la condición humana en clave metafórica, que aúna la crítica social y la imaginación viajera. Un ejemplo de cómo un libro que no fue pensado inicialmente para jóvenes se convierte en una historia leída (y prohibida en su versión íntegra) durante muchas generaciones de adolescentes, de contenido sutilmente actual.

Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll

Alicia no es fácil, y tampoco está claro que sea un libro para niños, pero hay escenas y personajes divertidos, inteligentes y delirantes que han inspirado muchas historias posteriores. Como no tiene por qué leerse entero, y sí degustarse en pequeñas porciones, merece la pena entretenerse con la versión que contiene las anotaciones de Martin Gardner.

Matilda, de Roald Dahl

Políticamente incorrecto, Matilda es un ejemplo del amor por la literatura, o de la literatura como refugio. Cuando lo leí, ya de adulto, recuerdo que pensé: “¡Anda, pero si estas cosas se pueden escribir para niños; se puede escribir así de bestia…!” (Me cabe la duda de si editoriales y editores contemporáneos publicarían hoy las obras infantiles de Roald Dahl, pero este es otro asunto).

La Materia Oscura, de Phillip Pullman

Es una lástima que ciertos libros convivan con otros que, por moda o por marketing, son mucho más conocidos, vendidos y leídos. La trilogía de Pullman me parece una obra imaginativa, original y valiente, que ofrece personajes con alma (externa e interna) y que desafía los cánones sociales y filosóficos establecidos. La película no hizo justicia al libro, de modo que me quedo cien veces con este.

A través de los hipervínculos puedes descubrir todos los libros firmados por estos autores de los que hemos hablado en Canal Lector,
así como las reseñas de las obras elegidas por Ricardo Gómez.

 
Envíanos tu comentario: