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Las piñas de la ira
 Cathon

Marie-Pomme es, además de camarera en The Golden Piña Bar, uno de los locales especializados en sabrosos cócteles de Trois-Riviéres, una ciudad canadiense conocida por albergar la comunidad hawaiana más grande del mundo; gran lectora de novelas “bien hiladas”, en especial de aquellas protagonizadas por la astuta detective Shirley McSnuffles y su perro Baxter (como los éxitos “La culpa fue del contratista”, “Los salmones del destino” o “El fantasma de Mr. Bluff”); poco imagina que, en la vida real, va a tener que enfrentarse a una sucesión de hechos macabros más propios de esas historias ficticias que de la, hasta entonces, monocorde cotidianeidad. Todo comienza con el hallazgo del cadáver de su vecina, Bonnie Lavallee. Ante la pasividad de la policía local, especialmente del agente 342, la joven –imitando los métodos de su idolatrada heroína literaria-; decide emprender una investigación por algunos de los lugares que frecuentaba Lavallee (la bolera, la playa municipal…) En estos escenarios irá conociendo a otros peculiares personajes que, sucesivamente, también van siendo asesinados. Incluso ella misma estará amenazada una vez sea capaz de hilar todas las pistas que conducen a la particular metodología utilizada. Estructurado de forma muy original, intercalando fichas en las que analiza desde distintos puntos de vista, y con humor, algunos de los personajes y ubicaciones en las que transcurre la historia, con la secuenciación clásica de cómic (en blanco y negro); la joven autora de Québec sigue la larga tradición de bande dessinée canadiense ligada a la línea clara, para ofrecer una innovadora trama que, sin embargo, recrea distintos arquetipos del noir. Primera historia traducida al español de una creadora a la que habrá que estar muy atentos.

 

El gran libro de los supertesoros que de verdad importan
  Susanna Isern

Los tiempos difíciles que estamos viviendo han traído muchas enseñanzas. Algunas de las más importantes sirven como hilo conductor en la colección de relatos que hila el Gran libro de los supertesoros, aquellas cosas que “de verdad importan” y que tan bien retratan Susanna Isern y Rocío Bonilla. Si tuviéramos un mapa, como Jim Hawkins, probablemente no apareciesen indicaciones entre palmeras y piedras para llegar a un cofre de riquezas materiales. Unos minutos de reflexión sirven para darnos cuenta de que lo esencial es todo aquello que ayuda a dibujar una sonrisa en los rostros de los protagonistas. Para Sara son los amigos, para Nico descubrir nuevos lugares, Álvaro cree firmemente en el amor, Patri atesora cientos de recuerdos de incalculable valor, Manuel no podría vivir sin su familia, Rashid “solo” desea tener tiempo, para Marcia lo más importante es la salud, otros se ilusionan con la lectura, con las palabras de un profesor, con un paseo por la naturaleza… Técnicas mixtas y collages rebosantes de dulzura e imaginación para representar tantos sentimientos y actitudes que provocan felicidad, condensados en dieciocho perfiles con los que cada lector podría identificarse en algún momento de su existencia.

Vampira de biblioteca. El ataque polilla
 Ledicia Costas Álvarez

333 murciélagos vigilan la biblioteca de Coimbra del acecho de los animales bibliófagos, y la vampira Eleonora (sí, has oído bien, los vampiros existen); está al frente del grupo de trasnochadores amigos. Gracias a ellos, el acervo cultural que alberga el edificio se mantiene a salvo. A través de la narración en primera persona, la chupasangres ayuda a los lectores a identificar sus miedos y describe  la peculiar vida cotidiana de los familiares de Nosferatu, sus obsesiones, incluso las cosas que más admira de Tina, la bibliotecaria del lugar, a pesar de ser ciento diecisiete años más joven que la protagonista. Una existencia distinta a la que imaginas que se verá truncada por el descubrimiento de un nido entre dos volúmenes de una enciclopedia. A partir de entonces se desata una lucha por el poder ante un enemigo nunca antes visto: "polillones" de enormes dimensiones, inmunes al contraataque, que no temen a nada y desean darse el gran banquete devorando el catálogo entero. Ante la difícil situación Eleonora decide extraer los textos de aquellas obras fundamentales que hay que salvar a toda costa, novelas que conoce bien de sus largos años como consumidora de tinta al anochecer -como Drácula-. Al mismo tiempo conocerá a un anciano que cambiará su percepción sobre los humanos y al que ayudarán en la complicada tarea de reconducir los hábitos de unos insensibles nietos. A cambio descubrirán el nombre de quien puede tener la solución para resolver el conflicto con los insectos: Rufina. Una muy original novela para pequeños lectores, trufada de mucho humor y escenas paródicas sobre distintos aspectos actuales, que Ledicia Costas (Premio Nacional LIJ, Premio Lazarillo, White Ravens...); teje a partir de una trama repleta de imaginativos giros, diálogos frescos y ocurrentes analogías. La propuesta está aderezada con las ilustraciones de Víctor Rivas, que retrata fielmente las escenas más destacadas de la historia. ¿Preparados para vivir una aventura fascinante? ¡Constantinoplaaa!

La joven maestra y la gran serpiente
 Irene Vasco

Una joven maestra es destinada a una recóndita población junto al Amazonas. Tras un largo y tortuoso viaje, la profesora se instala en una aldea de familias indígenas donde apenas se habla castellano. Allí tratará de sembrar el amor por la lectura y despertar la curiosidad de los pequeños (y de sus familias), a través de las historias que les cuenta y los libros que ha transportado. Sin embargo, el poder de la tradición oral y la firme creencia en las leyendas locales lastra el proceso de aprendizaje que había ideado. Un paseo solitario por los bellos parajes naturales de Las Delicias dejará una inolvidable enseñanza a la protagonista y permitirá conocer la verdadera personalidad de los habitantes. El álbum esboza el proceso de adaptación de la docente, procedente del mundo urbano, a la vida rural, un proceso que se produce de forma abrupta, sin aclimataciones, poniendo a prueba sus conceptos y sentimientos. Gracias al espléndido trabajo de Juan Palomino, los lectores nos sentimos abrumados, como ella, por la majestuosidad de los escenarios a los que se ha trasladado, saboreamos el color y la plasticidad del acervo cultural indígena, un mundo de sensaciones extremas, animales y personajes fantásticos en el que la joven va a ser testigo privilegiado. El pasado año, el equipo bibliotecario de la New York Public Library calificó la obra de la escritora colombiana como uno de los diez mejores libros para niños de los últimos doce meses.

¡ No interrumpas, Kika!
 David Ezra Stein

Todas las noches a la gallinita Kika su papá le cuenta una historia con la única condición de que la pequeña no interrumpa. Pero la tentación es demasiado grande y nunca puede resistirse. Desde el principio cambia los finales y modifica las historias a su antojo, consiguiendo acabar con la enorme paciencia de su progenitor. Juventud recupera este divertido álbum, hilado con simpáticas y tiernas ilustraciones, que capturan la especial relación que se produce entre ambos a través de un texto, ideal para leer en familia, que mantiene la atención de los más pequeños y sorprende con un inesperado final. La obra obtuvo la Caldecott Medal y el mismo autor retomó este personaje en La gallinita Kika y el elefante sorpresa, publicado en 2018.

Medio pan y un libro
 Federico García Lorca

La lírica y esa inconfundible mirada apasionada con la que Federico García Lorca impregnaba todos los proyectos y relaciones en las que se involucraba la encontramos en estado puro en este delicioso discurso que Kalandraka recoge, de forma íntegra, en todas las lenguas oficiales del Estado; fue pronunciado con motivo de la inauguración de la biblioteca pública de su pueblo, Fuente Vaqueros. Corría el año 1931 y el poeta ya había publicado un puñado de obras maestras como Impresiones y paisajes, Poema del cante jondo, Romancero Gitano o Poeta en Nueva York; por citar algunos ejemplos. Sus palabras denotan una honda preocupación por acercar la cultura a todos los rincones, aspecto en el que la biblioteca debía (y debe) ser protagonista. Este espacio tenía para Federico el valor de una fuente para saciar la sed de sus habitantes o una hoguera para avivar la curiosidad de tantos hombres y mujeres muertos en vida (brillantes sus reflexiones sobre las almas apagadas o el símil de la piedra en el estanque y la revolución que produce en la naturaleza, igual que un libro en el pueblo); Inquietudes que leídas hoy siguen teniendo la misma capacidad para emocionar e incentivar a los jóvenes el amor por el libro, por la lectura, por regalar y compartir aquellas historias que nos conmuevan. Un texto ideal para introducir en el contexto escolar y reflexionar sobre el papel de las bibliotecas, al mismo tiempo que se homenajea desde otro punto de vista el legado de un autor tan influyente para tantas generaciones de escritores, poetas, cantantes y artistas de diversas disciplinas en todo el mundo. Las reflexiones de García Lorca van desde el repaso a la historia del libro y el papel, apelando al esfuerzo que ha hecho cada civilización por preservar y seguir produciendo; hasta el encendido homenaje a los “vivos y muertos” de la villa que le vio nacer. Como epílogo se incluye una semblanza biográfica realizada por Antonio Rubio.

 

¡Qué libro más tonto!
 Sergio Ruzzier

Quienes aún no posean las llaves para acceder al mundo mágico de la lectura descubrirán un texto ilegible en las guardas que permiten la entrada al relato. En él descubrimos un pato que se encuentra con un libro. Este, a diferencia de lo conocido hasta ahora, no posee imágenes. Despreciado por el protagonista ante su escaso atractivo, pronto descubrirá que esa colección de palabras posee un valor incalculable que abre el camino a miles de mundos imaginarios y reales, a nuevos amigos, sentimientos e inquietudes que, si lo deseamos, se quedarán a vivir junto a nosotros para toda la vida. Un inteligente relato sobre el aprendizaje lector que ayuda a apreciar el verdadero tesoro que supone el disfrute de una buena historia. Si hemos dado los pasos correctos podremos saborear aquel comienzo difuso, pero ya con todo el sentido, en el epílogo del álbum. Tanto el texto como la ilustración corren a cargo del artista italiano Ruzzier, que sigue el mismo patrón gráfico utilizado con anterioridad en Dos ratones o ¡He perdido mis calcetines!, en este último caso también protagonizado por el mismo palmípedo despistado.

 

¡Vaya, un libro!
 Lorenz Pauli

En los tiempos que corren, perdidos en el fascinante universo del smartphone, a muchos se les ha olvidado cómo era leer en formato papel. Al contrario de lo que podría esperarse, es un niño, Javi, quien decide regalar a una persona adulta, la señora Manzanilla, un libro ilustrado sin manual de instrucciones. Juntos aprenderán los códigos para desentrañar las mil y una aventuras que esconde cada página, viviendo en primera persona los lances de la ratona valiente y sus enfrentamientos con los monstruos y otros obstáculos que surgen en el camino hasta la casa de la familia Ratón. Aderezado de impactantes primeros planos, en los que se aprecia una gran riqueza cromática, las ilustraciones beben del imaginario infantil entremezclando líneas argumentales que terminan fundiéndose en una sola. Los dibujos han sido realizados alternando distintas técnicas, que incluyen el collage, y juegan con la propia portada de la obra, que se inserta como parte de la trama. Desde las guardas hasta la contraportada, esta alegoría de la narración en voz alta y de los placeres de compartir la pasión por la lectura, nos ayuda a apreciar el buen sabor de boca y las posibilidades que ofrece el diálogo en torno a la literatura.

 

Zampalabras
 Javier Fonseca García-Donas

A medio camino entre el libro ilustrado y el cómic, la nueva propuesta de Javier Fonseca retoma la línea detectivesca que caracterizó el comienzo de su trayectoria literaria (con la saga Clara Secret). Acompañado de las inconfundibles ilustraciones de Juan Berrio, uno de los grandes artistas de la línea clara en España, conocemos la investigación que está llevando a cabo un niño junto a su mascota, tras descubrir que alguien está devorando las palabras de los libros. El responsable descubrirá un fascinante mundo de posibilidades al protagonista. Un sincero homenaje al acto de leer, que capta el aroma y la magia de las librerías y apuesta por un formato cálido y tremendamente atractivo para atrapar nuevos lectores. Destaca especialmente la propuesta gráfica, con escenas representadas en gran formato, a sangre, que recogen múltiples guiños y detalles literarios.

 

Migue hace un libro
 Jesús Ortiz Pérez del Molino

Migue, un apasionado del fútbol, ha sufrido una lesión justo cuando empezaba el verano. Con tantos días por delante para estar en casa, el panorama no resulta especialmente atractivo. Pero esas vacaciones, su padre está escribiendo el libro perfecto y el pequeño siente curiosidad por el proceso. Poco a poco, desde la divertida óptica infantil del protagonista, conocemos las fases de elaboración de una obra literaria, a la vez que participamos activamente en la manufactura creando nuestra propia historia y autoeditando el resultado. Mediante simpáticos juegos los lectores descubren profesiones fundamentales en la cadena del libro (escritor, editor, ilustrador…); a la vez que potencian su creatividad. El resultado final es un relato personal que guardaremos para siempre con cariño, al mismo tiempo que recordamos aquellas jornadas entrañables que compartimos con el protagonista y el resto de miembros de su familia, cuyas andanzas se intercalan a lo largo de la propuesta. La obra está firmada por Jesús Ortiz, alma máter de la editorial cántabra Milrazones, y sazonada por las divertidas, coloristas y caricaturescas imágenes de Kike Ibáñez, ganador del Premio Lazarillo en 2016.

 

El Libro
  Marije Tolman

Los libros, como las aves en la ciudad, revolotean sobre nuestras vidas para transportarnos a otra realidad. Un elefante despistado no es ajeno a este detalle y, pronto, se convierte en ávido lector. Atrapado por una buena historia pasea, ajeno al mundo que le rodea, por bellos parajes bañados de un tenue color crepuscular. Otros animales observan la escena y, seducidos por el aroma de los mejores relatos, le siguen, como lo hacían los niños al son del flautista en aquella leyenda alemana, y caen rendidos con la misma pasión. Padre e hija, impresionados tras un viaje a Argentina, captan paisajes y escenarios propios del país americano, para invitar a todos los lectores a soñar y a dejarse atrapar por la novela, poemario, cómic, álbum u obra de teatro que deseen. El final nos conduce al lugar donde reposan y aguardan nuevas miradas todas esas historias en papel a las que se evoca en el álbum. No hacen falta palabras para decir tantas cosas...

 

No sólo un libro
  Jeanne Willis

Esto que ves no es solo un libro más. Y si no lo crees atrévete a pasar lentamente sus páginas. Nuestra amiga demuestra las múltiples utilidades que podemos encontrar en la historia que ahora tenemos en nuestras manos. Algunas son conocidas, quizás las aplicaste en distintas ocasiones (un túnel para el tren de juguete, un ladrillo para construir torres); otras son fruto de la imaginación, una de las principales características de todos aquellos que se atreven a soñar con las palabras. Porque únicamente los buenos relatos consiguen hacer realidad situaciones que nunca antes habríamos pensado. ¿Sabías que con un libro podemos atrapar un hada a medio vuelo, dormir casi de forma instantánea o hacernos más inteligentes? Y, por fortuna, ¡se quedan contigo para siempre! Un homenaje a la lectura en veinticinco bellas estampas del gran Tony Ross, que dan una idea aproximada de las múltiples dimensiones que tiene el acto de leer y los innumerables beneficios que provoca. Ilustrado con la maestría y simpatía habitual del autor británico, el relato rimado habla de un ejercicio fundamental en nuestras vidas para desarrollar el espíritu crítico y romper las barreras de la imaginación.

Un cuento que...
 Gilles Bachelet

Desde las guardas intuimos el ecléctico elenco de protagonistas que vamos a encontrar a lo largo de la historia: osos panda, morsas, cigüeñas, jirafas, avestruces, caracoles, murciélagos… pero también un extraterrestre, una excavadora o papá. Todos ellos son los encargados de narrar a los más pequeños, desde peculiares hogares que son representados con todas las adaptaciones que implica cada animal, cuentos que despiertan su interés por la lectura. Para ello nada mejor que ofrecer un menú variado y heterogéneo: relatos para derretir corazones, viajeros, largos y, ¿por qué no?, también sin pies ni cabeza. Una vez más Bachelet sabe combinar sabiamente el mejor humor con la exquisitez gráfica. Divertidos pasajes que siempre arrancan la sonrisa de padres, madres y niños estructurados como perfectos relatos gráficos que cautivan con sus poéticos conceptos.

44 escritores de la Literatura Universal
 Jesús Marchamalo

Aunque tanto la vida como la obra de los cuarenta y cuatro escritores homenajeados son mundialmente conocidas, Marchamalo sintetiza con gran acierto los hechos más significativos de cada trayectoria y dota sus biografías de un poso literario que las transforma en atractivos relatos, aderezados de las mejores y más evocadoras anécdotas. El panegírico de cada uno desvela, bien por rescatar curiosidades o momentos definitorios en sus carreras, o bien por el trazo inteligente y locuaz del ilustrador que realiza cada semblanza gráfica, nuevos trazos sobre viejos nombres en cuyas obras nos hemos sumergido, o nos sumergiremos, en algún momento de nuestro devenir como lectores. La propuesta entronca con el lejano 39 escritores y medio, firmado por los mismos autores. Si en aquella ocasión se centraban en los principales nombres de la narrativa española e hispanoamericana, la presente edición gira en torno a algunas de las figuras masculinas y femeninas más importantes de la literatura europea y del norte de América. De Hemingway a Virginia Woolf, de Julio Verne a Marguerite Yourcenar, hay espacio para todos los estilos en esta antología imprescindible para los jóvenes amantes de la mejor prosa. 

Trazado. Un atlas literario
 Andrew DeGraff

Las mejores historias dejan un poso inolvidable en nuestra memoria, un puñado de palabras dibujan en cada mente personajes y escenarios que asociamos a esas lecturas en cada nuevo acercamiento. El cine, las ilustraciones, el cómic son un vehículo que reimagina las historias, sin embargo Daniel Harmon, mediante sencillos e ingeniosos textos, y Andrew DeGraff, apuestan por dar un paso más y cartografiar los escenarios de diecinueve títulos inmortales, revolucionando conceptos y aportando nuevos matices para disfrute de los lectores más exigentes. Con un variado despliegue de estilos, cercanos en ocasiones al mundo de los videojuegos, siempre fieles al espíritu de cada obra homenajeada, los autores modelan una pequeña e imprescindible obra maestra con la que podemos volver a descubrir los secretos de relatos clásicos como La Odisea, Hamlet, Robinson Crusoe, Moby Dick, La vuelta al mundo en ochenta días, Orgullo y Prejuicio o Esperando a Godot; o revisitar contemporáneos inolvidables de autores como Ursula K. Le Guin o Richard Adams, entre muchos otros. Un criterio fundamental ha guiado el proceso de selección previa: los libros elegidos no podían contener mapas en su interior. Incluye una selección final de sugerencias muy originales sobre cartografía y literatura. ¿Preparados para disfrutar?

Escribir
 John Alcorn

Los autores siembran un recorrido poético, como ya hicieran en ¡Libros!, a base de juegos con la tipografía, las imágenes y la combinación de colores, en donde el único protagonista es el lenguaje. A partir del nacimiento del vocabulario, las posibilidades que la escritura ofrece al ser humano son infinitas. Esas vías están a disposición de los lectores aficionados a crear historias de cualquier edad. Mediante un diseño basado en los cánones de la estética pop, (la que se estilaba hace cincuenta años y vuelve a recuperarse cíclicamente), los curiosos pueden beber de un imaginativo ideario que ayuda a desarrollar el ingenio y el humor a partir de un exquisito trabajo artesano, concebido en tiempos analógicos, que conserva todo el encanto a pesar del paso del tiempo. Una joya, editada en pequeño formato, que no solo puede ser interesante para los pequeños de la casa sino también para aprovechar algunos de sus recursos en, por ejemplo, talleres profesionales de creación literaria.

El libro de los libros
 y otros

Las míticas y brumosas ensoñaciones de Quint Buchholz en torno al libro han recorrido el mundo desde que, a mediados de los 90, el escritor y editor Michael Krüger tuvo la idea de difundir las ilustraciones entre cuarenta y seis autores occidentales para crear una colección irrepetible de textos sobre estas imágenes. Nórdica recupera una edición que invita a imaginar a partir de cada uno de los cuentos firmados por una nómina de estrellas literarias entre las que podemos citar a Jostein Gaardner, Eduardo Mendoza, Ana María Matute, Amos Oz, Carmen Martín Gaite, Gustavo Martín Garzo, John Berger, Juan Marsé, Orhan Pamuk, Antonio Tabucchi, Susan Sontag, Milan Kundera, J. A. Goytisolo o Javier Marías, entre otros muchos. Un perfecto engranaje de imágenes inolvidables y palabras que quedan para siempre tatuadas en los ojos y en la mente del lector más exigente.

20 buenísimas razones para no leer nunca más
 Pierre Ménard

Nadie se atreve a decirlo, pero leer puede ser muy perjudicial para nuestras vidas. Corremos el riesgo de convertirnos en personas antisociales, sumergidas siempre en mundos imaginarios; hacernos pedantes, esnobs, reaccionarios… incluso feos y miopes. Y que mejor forma de demostrarlo que con un libro adictivo y original. Combatir la lectura con sus propias armas, mediante una historia breve repleta de ejemplos, fantásticas metáforas y divertidas comparaciones que quizá curen el alma de los librófilos y bibliófilos o la enturbien para siempre. Ilustrado con simpáticas caricaturas en blanco y negro de grandes nombres de la Literatura Universal, el recorrido está estructurado a partir de dieciséis puntos básicos que destilan ironía e inteligencia, jalonados de hechos históricos que refuerzan las tesis del joven autor, y reflexiones de los escritores citados en clave de humor. Muy recomendable para jóvenes e imprescindible para arrancar una sonrisa a todos los profesionales que se dedican a la promoción de la lectura.

La joven que no podía leer
 John Harding

El doctor Morgan cuenta con un nuevo ayudante: Sheperd reforzará su labor diaria al frente de una inquietante institución psiquiátrica llena de interrogantes. De entre todos los enigmas sobresale la historia de Jane, una joven peculiar que parece sufrir amnesia. La recuperación de su vida anterior pasa por restaurar el hábito lector, un proceso que conlleva sorpresas inimaginables.
La trama, ambientada a finales del siglo XIX, está llena de referencias y homenajes a clásicos de la literatura gótica, y sorprende por un lenguaje directo que agiliza su lectura. Cada capítulo nos sumerge en las lúgubres dependencias del sanatorio mental, y juega con los misterios que rodean a los diferentes personajes que deambulan por sus pasillos y habitaciones. El resultado es un puzle muy atractivo para lectores adolescentes aficionados al misterio, independientemente de que conozcan o no el exitoso capítulo publicado con anterioridad por el autor: Florence y Giles.

Los fantásticos libros voladores del sr. Morris Lessmore
 William Joyce

Tras una profunda crisis personal, el señor Lessmore redescubre la grata e infinita compañía que le puede proporcionar la lectura, bálsamo para su dolor y entretenimiento para su espíritu. Se entrega con entusiasmo a los libros y a la transmisión del gusto por ellos, mientras va escribiendo, pausadamente, una suerte de diario, el libro de su vida. Tierno homenaje al lector que todos llevamos dentro -al menos en potencia- y delicada -si bien asequible- metáfora de cómo las mismas pasiones que nos ayudan a vivir pueden ocultar carencias y miedos; así, la pasión literaria ejerce una función terapéutica en el espíritu de Lessmore, pero también propicia su soledad y aislamiento, como si deseara solo vivir en los libros y rechazara la acción, los problemas y los vínculos emocionales que comporta la prosaica vida cotidiana. Las magníficas ilustraciones reproducen la estética norteamericana de mediados de siglo y, con sus cálidas tonalidades ocre, redundan en la atmósfera de melancolía que parece rodear al protagonista, un personaje tan solitario como entrañable.

Cómo aprendí a leer
 Agnès Desarthe

Hermosa evocación de carácter biográfico de quien, tras una infancia de cierto desapego hacia la disciplina académica, que le imponía el aprendizaje de la destreza lectora y trataba de fomentar su gusto por la literatura, comenzó a frecuentar la compañía gozosa de los libros en la adolescencia, para terminar haciendo de la reflexión sobre las particularidades del lenguaje y la complejidad de los mecanismos presentes en un idioma, una profesión, al convertirse en traductora y escritora. La pasión libresca permea todo el relato, que Desarthe escribe desde la gratitud de quien es plenamente consciente del gran regalo que le hicieron al ofrecerle la posibilidad de descifrar ese código, abriéndole, así, las puertas a la información, al entendimiento de la realidad, al disfrute de la ficción y, con el tiempo, al impulso creativo en su desempeño profesional. Es difícil no compartir algunas de las reflexiones de la autora, ni conmoverse con sus hallazgos idiomáticos y literarios, pero, ante todo, es el testimonio -algo historiado, lo que, seguramente, mejora la experiencia- del proceso de conformación de una lectora y la constatación de que un mal comienzo no siempre implica un mal final.

 
 
 
 
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